Y si ya obtuve la Indulgencia, ¿Cómo sacarle mayor beneficio?
La indulgencia sirve para liberar la pena que nos dejó el pecado, por lo que es necesario el perdón y liberar la culpa para reconciliarnos con Dios y el prójimo.
Miles de personas han tenido la oportunidad de obtener una Indulgencia, que ofrece la remisión de la pena temporal por los pecados ya perdonados en culpa. Sin embargo, ¿cuánto realmente hemos aprovechado esta gracia?
Con motivo del Mes de las Familias, se ha organizado un ciclo de conferencias que comenzó con “Indulgencia y Misericordia: la esperanza de la reconciliación”, impartida por el presbítero José Alberto Hernández Ibáñez. En su intervención, destacó la importancia de dejar atrás la culpa, pues es el camino auténtico hacia una verdadera reconciliación con Dios, con uno mismo y con los demás.
El sacerdote, especialista en Patrología por el Instituto Patrístico Agustinianum de Roma, Italia, explicó que la Indulgencia es la remisión ante Dios de los pecados, por ello, “nos debemos desatar de la culpa, de la queja, pues ahí está la herida que aún duele. Hace falta un verdadero examen de conciencia antes de confesarse, pues, aunque se cumple con el sacramento, no se ha dejado de lado el rencor”.
Puedes ver completa la conferencia aquí: Indulgencia y Misericordia, la esperanza de la reconciliación
La Puerta Santa y la Indulgencia
De hecho, gracias a la Apertura de la Puerta Santa en Roma por el Papa Francisco en diciembre del año pasado, marcó el inicio del Año Jubilar que durará todo 2025 en el que todos los católicos que así lo deseen, tendrán la oportunidad de recibir una Indulgencia por sus pecados.
Al respecto, el padre José Alberto aseguró que antes de asistir a una Puerta Santa, es necesario tener los sacramentos de la confesión y la comunión, pero lo más importante es reconocer los pecados y satisfacerlos, es decir, soltar la pena.
Sin duda, dijo, la Iglesia tiene el tesoro más importante de gracia: la Indulgencia, que hace más pleno el despliegue de la misericordia de Dios sobre el mundo.
Cabe señalar que los Años Santos Jubilares no son eventos regulares en el calendario litúrgico. La Iglesia los declara en ocasiones especiales, primero comenzó celebrándose cada 100 años y finalmente se decidió que fuera cada 25 años para que cada generación participara al menos en uno, pero Papa puede convocar también a jubileos extraordinarios.
En palabras del Papa Francisco, dijo el sacerdote diocesano, “por la Indulgencia se remueve la huella del pecado. La misericordia también es un acto de Indulgencia, por ello es necesaria la reconciliación con Dios, que se hace más plena a través de un contacto sereno y comprensivo y a tener un encuentro más pleno con la gracia”.
De acuerdo con los padres de la Iglesia, “hay que arrepentirse, porque el pecador se da cuenta del mal que hizo y ahí es donde surge la sabiduría”.
El poder del perdón en la transformación del futuro
El arrepentimiento, la penitencia y la confesión son algo medicinal dentro de nuestra fe católica, esta experiencia colma de perdón y abre la mente, no obstante, explicó el conferencista, “no cambia el pasado ni modifica lo que ya sucedió, pero cambia el futuro, para que este se viva de una manera diferente sin rencor, mentira ni venganza”.
Cambiar el futuro positivamente se llama esperanza, dijo. “El futuro iluminado por el perdón hace posible que el pasado se vea con ojos más serenos y con sabiduría, aunque se vea surcado por las lágrimas”.
El padre José Alberto recordó que el Papa Francisco explicó que la reconciliación, además de otorgar el perdón, nos debe llevar al restablecimiento de la fraternidad; es decir, aquel que fue mi enemigo, vuelva a ser mi hermano.
Añadió que el Espíritu Santo se hace presente en este ejercicio de reconciliación y perdón, pues “no es la ‘buena vibra en sí’, el Espíritu Santo se hace presente en la proporción del ejercicio de la fe: hago caridad, vivo los sacramentos, soy solidario, hago el bien, bendigo a mi prójimo, etc. Ahí es cuando el Espíritu Santo mantiene encendida la llama del amor divino”, finalizó.
¿Cómo obtener Indulgencia Plenaria?
La Indulgencia Plenaria en la Arquidiócesis de México se puede obtener durante todo el Año Jubilar 2025, cumpliendo además con las tres condiciones establecidas: confesarse, comulgar y orar por las intenciones del Papa.
Las indulgencias plenarias se pueden obtener de tres maneras:
- Realizando y participando en peregrinaciones que tengan como destino, entre otros templos, la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
- Visitando los lugares designados por el Papa Francisco.
- Realizando obras de misericordia como visitar a los enfermos o presos o haciendo obras de caridad.