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COLUMNA

Cielo y tierra

San Juan Pablo Magno

Hay quien cree que esos títulos se los otorgó el Papa que los canonizó, pero no fue así. Se los dio la gente.

15 octubre, 2022
San Juan Pablo Magno
Juan Pablo II fue canonizado el 27 de abril de 2014. Foto: Vatican News.
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Es escritora católica y creadora del sitio web Ediciones 72, colaboradora de Desde La Fe por más de 25 años. 

Se pueden contar con los dedos de una mano y sobran dedos. Así de poquitos son, y por eso es más notable que lo sean. Me refiero a los Papas santos a los que se les ha dado el título de “Magno”. Son san León Magno, san Gregorio Magno y san Nicolás Magno.

Hay quien cree que esos títulos se los otorgó el Papa que los canonizó, pero no fue así. Se los dio la gente, que comenzó a llamar “Magno” a cada uno de esos santos, en reconocimiento a la importancia que tuvieron en la Iglesia por su sabiduría y santidad.

¿Quiénes fueron los 3 Papas “Magnos”?

  1. San León Magno, elegido Papa en el año 440, luchó contra las herejías de su tiempo; convocó al Concilio de Calcedonia; salvó a Roma de Atila, envió misioneros a África, y realizó muchas reformas en la Iglesia.
  2. San Gregorio Magno, que había renunciado a sus riquezas para convertirse en monje benedictino, fue elegido Papa en el año 590. Creó muchas obras de asistencia a los necesitados; protegió a los judíos de la persecución; reformó la Curia. Como datos curiosos cabe mencionar que a él se debe lo que se conoce como ‘canto gregoriano’, y él inició la práctica de ofrecer 30 Misas seguidas por el alma de un difunto (las llamadas ‘Misas gregorianas’). Era muy humilde, se consideraba a sí mismo ‘siervo de los siervos’, título que los Papas siguen empleando.

Es Doctor de la Iglesia y el último de los Padres de la Iglesia en Occidente.

  1. San Nicolás Magno, elegido Papa en el año 858, destacó por su caridad y justicia. Defendió el Papado de los patriarcas de Constantinopla y Bizancio.

¿Desde entonces no ha habido otro Papa con el título de “Magno”?

Ha habido muchos Papas santos, pero en más de 1120 años no ha habido otro Papa considerado “Magno”. Hasta ahora.

El Papa san Juan Pablo II merece sin duda ese título, no sólo por la longitud de su pontificado de más de 26 años -uno de los tres más largos de la historia- sino por la sabiduría de sus enseñanzas sobre doctrina, moral, Sacramentos y espiritualidad, y el enorme volumen de escritos que dejó: El Catecismo de la Iglesia Católica, 14 encíclicas, 13 exhortaciones apostólicas, 11 constituciones apostólicas, 42 cartas apostólicas, 5 libros e incluso obras de teatro y poemas. Recordamos también que presidió 15 Sínodos de Obispos, fue aguerrido defensor de la vida y la familia, difundió el amor a María y a la Divina Misericordia; atrajo a la Iglesia a millones de jóvenes, y de su testimonio de caridad dan fe las incontables personas que lo vieron en alguno de sus más de 104 viajes alrededor del mundo. A su funeral acudieron millones de fieles a venerarlo y a pedir que fuera pronto canonizado.

El Papa Benedicto XVI escribió al respecto una carta en 2020, poco antes del centenario del nacimiento de san Juan Pablo II, en la que afirmó que éste merecía el título de Magno. Expresaba así el sentir de muchos miembros de la jerarquía, religiosos y laicos en todo el mundo.

¿Qué caso tiene dar el título de Magno a san Juan Pablo II?

Se pueden dar al menos tres razones:

  1. Para reconocer y agradecerle a Dios haberlo colmado de tantos dones y bendiciones para bien de la Iglesia, cuyo timón le permitió conducir más de un cuarto de siglo, como sucesor de san Pedro.
  1. Para mostrarle al propio Papa san Juan Pablo Magno nuestra gratitud por haber sabido aprovechar tan bien la gracia de Dios en su vida y haber puesto al servicio de la Iglesia y de sus prójimos todos los talentos con que Dios lo dotó.
  2. Para animarnos y animar a otros a valorar a este gran santo y releer, o tal vez leer por vez primera, sus homilías y documentos y aprovechar sus enseñanzas y los valiosísimos consejos que nos dejó como amoroso padre y pastor.

¿Qué puedes hacer tú?

Cuando lo menciones, refiérete siempre a él como san Juan Pablo Magno, y anima a otros a hacer lo mismo, para ver si cunde el ejemplo, y más personas se unen al merecidísimo reconocimiento a este querido Papa de corazón mexicano, al que tanto admiramos y que nos quiso y quiere, y al que nosotros seguimos queriendo tanto.

 

 

 


Autor

Es escritora católica y creadora del sitio web Ediciones 72, colaboradora de Desde La Fe por más de 25 años.