“¡Que no pare el envío de víveres!”, pide Cáritas Acapulco
A dos semanas de que Otis ocasionara daños catastróficos en las costas de Guerrero, principalmente en el puerto de Acapulco, el padre Leonel Silva, coordinador provisional de las ayudas económicas y en especie de Cáritas Acapulco, pide a todo el país no dejar de enviar víveres, ya que los apoyos serán muy importantes para continuar […]
A dos semanas de que Otis ocasionara daños catastróficos en las costas de Guerrero, principalmente en el puerto de Acapulco, el padre Leonel Silva, coordinador provisional de las ayudas económicas y en especie de Cáritas Acapulco, pide a todo el país no dejar de enviar víveres, ya que los apoyos serán muy importantes para continuar alimentando a la población durante los siguientes dos meses.
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El padre Leonel refiere que, durante la primera semana, una de las mayores complicaciones fue la falta de comunicación, pues, además de que no había una buena señal de internet para el uso de datos móviles, los celulares pronto se quedaron sin batería por la falta de energía eléctrica. El otro gran problema fue que, como las avenidas principales estaban bloqueadas con árboles, postes y otros objetos que arrastró Otis, se dificultaba el paso de vehículos y, por lo tanto, del traslado de los apoyos a la gente que se quedó sin nada que comer.
Actualmente, ambas complicaciones han quedado superadas, y la población acapulqueña recibe agua y alimentos diariamente gracias a la estructura de una Iglesia local que supo reaccionar con diligencia. “Establecimos tres puntos de acopio de víveres: la Parroquia San José “La Posa”, la Parroquia del Sagrado Corazón en Costa Azul, y la Nueva Catedral Cristo Rey”, explica el padre Leonel Silva.
Señala que en Acapulco hay un total de 36 parroquias afectadas, mientras que en el municipio de Coyuca de Benítez hay tres, lo cual da un total de 39 parroquias, cuyos párrocos acuden diariamente con sus vehículos a uno de los tres centros de acopio, con lo cual se asegura que las ayudas sean repartidas de manera equilibrada y distribuidas con transparencia en las comunidades.
El padre Leonel Silva señala que hasta ahora la ayuda ha sido suficiente para responderá a la emergencia; y aunque en la segunda semana disminuyó, se ha podido abastecer a la población. “Sin embargo -dice-, existe el temor de que, una vez que Acapulco deje de ser noticia, los apoyos vengan a menos, mientras que las necesidades se mantendrán por lo menos durante los siguientes dos meses debido a la magnitud de los daños causados por el huracán”.
Las ayudas al pueblo de Acapulco provienen principalmente de las Cáritas de las diferentes diócesis, de empresarios y de particulares. “Lo que yo he estado haciendo es comunicarme con las Cáritas para que los cargamentos no lleguen al mismo tiempo; es mejor que primero lleguen unos y después otros, a fin de que en las siguientes semanas no nos quedamos sin apoyos”.