¿Cuándo se pone el Nacimiento de Navidad?
“No teman. Les traigo una buena noticia, que causará gran alegría a todo el pueblo: hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”. (Lc 2,10-12)
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre lo contradictorio que puede parecer el anuncio que escuchamos en el evangelio de Lucas:
En él los Ángeles le anuncian a los pastores que hay una Buena Noticia, que causará gran alegría al pueblo, pues en verdad les ha nacido El Salvador tan esperado. Sin duda este motivo causó una gran alegría y esperanza en los pastores.
Sin embargo, cuando escucharon el SIGNO con el cual se habría de reconocer al Salvador es donde algo parece contradictorio. Escuchemos a los ángeles decirles: “encontrarán al niño envuelto en pañales, recostado en un pesebre”.
¿Cómo es posible que Dios quiera manifestar su Gloria desde un sencillo y tal vez hasta indigno pesebre (en él comían los animales)? ¿Cómo es posible que Dios pretendiera que nuestros corazones se alegraran cuando nuestro Salvador nació en un en una situación tan pobre, tan precaria, sin las condiciones mínimas que cualquier madre desearía sobre su hijo? ¿Cómo es posible anunciar la esperanza y la alegría y la salvación cuando ni siquiera el Salvador tuvo dónde nacer dignamente, ni quién lo acogiera en su casa?
¿No será que Dios nos estaba dando una lección desde antes de que su Hijo emitiera la primera palabra en este mundo?
Hoy Los Ángeles anuncian la alegría de la salvación significado en un pesebre sencillo, que carecía de las condiciones mínimas de higiene y seguridad, donde yacía un niño que es nuestro Salvador.
¿Quién se atreverá a creer en ello? ¿Quién se atreverá en verdad a creer que este niño inocente, débil, vulnerable, es el signo de nuestra salvación?
La esperanza que este niño de Belén nos trae no es la esperanza de quien quiere ver todo su mundo resuelto, sino la esperanza que se construye desde la pobreza de un pesebre, desde las carencias que pudieron haber vivido, desde la incertidumbre que José y María pudieron haber experimentado. Ahí es donde Dios quiso brillar con su Luz, enseñándonos que es Él, y no las cosas que nos rodean, el portador de la Salvación.
Por lo tanto, en este Navidad los invito a contemplar el pesembre en el nacimiento, y reflexionar sobre las carencias que ustedes mismos viven, las necesidades no resueltas, los anhelos frustrados; ¿Cómo brilla Jesús en medio de todas esas dificultades? No esperemos que todo se arregle y sea perfecto para reconocer la presencia del Salvador, ahí, en lo imperfecto de nuestras vidas, Él quiere venir esta Navidad a traernos Luz, Paz y esperanza. No perdamos la oportundiad de experimentar la salvación que este niño de Belén nos ha traído.
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