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COLUMNA

La voz del Obispo

Imitación de Cristo y desprecio de todas las vanidades del mundo

Un camino para empezar a construir la paz es alimentar nuestra vida espiritual, por eso me pareció oportuno meditar sobre estos consejos que nos ayuden a interiorizar en la vida de fe

20 agosto, 2024
POR:
Autor

Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México desde el 24 de agosto de 2021. Es el primer obispo mexicano emanado del Camino Neocatecumenal. 

Estimado lector, en esta ocasión me gustaría hacer una breve reflexión sobre uno de los capítulos del libro de la “Imitación de Cristo” de Tomas de Kempis. Es un pequeño libro escrito entorno a 1473, su autor es un monje alemán que dedicó su vida a la oración, a la meditación, a dar charlas y consejos espirituales, y a copiar libros, dado que en ese tiempo no existía la imprenta.

Este libro nos guía a través de pensamientos y meditaciones profundas sobre distintos aspectos que intentan acercar nuestras vidas a una verdadera imitación de Cristo.

El libro se compone de cuatro libritos, el primero contiene “Consejos que sirven para llevar vida espiritual”; el segundo “Consejos que inducen a la vida interior”; el tercero habla sobre la “Consolación espiritual” y el último, sobre el “Sacramento del altar, amable invitación a comulgar”.

Originalmente el libro fue escrito para monjes entregados a la contemplación divina y mortificación de las pasiones, por lo que habrá textos directamente dirigidos a esta forma de vida, pero eso no es un impedimento para que el libro sea considerado una joya y un clásico para toda persona que busque alimentar su vida interior y que quieren imitar a Cristo.

En repetidas ocasiones hemos manifestado nuestro deseo de buscar y construir la paz, y un camino para empezar a construir la paz es alimentar nuestra vida espiritual, por eso me pareció oportuno meditar sobre estos consejos que nos ayuden a interiorizar en la vida de fe.

Libro I, Capítulo I: Imitación de Cristo y desprecio de todas las vanidades del mundo:

“El que me sigue no va a oscuras”, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes, si queremos gozar de luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma. Por esa razón, que la meditación acerca de la vida de Jesucristo sea el más profundo de nuestro estudio”.

El autor inicia su libro presentando a Jesús como aquel que viene a iluminar nuestras vidas, y para ello confronta el conocimiento con la práctica, es decir, conocer a Cristo a través de las Sagradas escrituras, sin duda es un gran tesoro que debemos aquilatar, pero imitarlo y poner en práctica el evangelio es algo completamente diferente, para vivir el evangelio es necesario tener el espíritu de Cristo.

Cuando se sigue a Cristo, la vida del fiel es iluminada y alcanza la sabiduría, entendiendo por sabiduría no la adquisición de conocimientos en el ámbito intelectual, sino el conocimiento de la voluntad de Dios. El texto nos confronta con nosotros mismos al decirnos que de qué nos sirve escuchar con frecuencia el evangelio, si tenemos pocas ganas de practicarlo; profundizar en las verdades de la fe, si no buscamos una vida virtuosa; de qué nos sirve conocer conceptos como la compunción, si en realidad no la sentimos; de qué nos serviría saber de memoria la Biblia, si no tenemos caridad y la gracia de Dios.

Algunos podrían considerar una visión pesimista del autor, pero la intención de estas reflexiones es encaminar al lector a una sabiduría suprema, una que le ayude a poner su prioridad en el Reino de los Cielos, despreciando las vanidades de este mundo.

Las riquezas de este mundo son pasajeras, sin embargo, la búsqueda de la riqueza y el poder provocan guerras, divisiones, sufrimientos, injusticias, dolor y pérdida de la paz. Tomas de Kempis nos invita a descubrir que imitando a Cristo, se puede arrancar del corazón el amor desmedido a las cosas visibles, las cosas de este mundo, anhelando y apegando el corazón a las cosas invisibles, es decir, la vida de gracia, y esta vida de gracia nos ayudará en encontrar la paz.


Autor

Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México desde el 24 de agosto de 2021. Es el primer obispo mexicano emanado del Camino Neocatecumenal.