CXVII Asamblea Plenaria de la CEM
Cuando un obispo es elegido para desempeñar cargo en la conferencia del episcopado, el Señor le elige para una misión particular
Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México desde el 24 de agosto de 2021. Es el primer obispo mexicano emanado del Camino Neocatecumenal.
Del 11 al 15 de noviembre de este año estuvieron reunidos los Obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en su CXVII Asamblea Plenaria en la que, guiados por el Espíritu Santo e iluminados con la Palabra de Dios, se realizaron las elecciones para elegir a los hermanos obispos que asumirán la responsabilidad de servir en los diversos cargos para el trienio 2024-2027, con la finalidad de que sus dones y carismas contribuyan a fortalecer el caminar sinodal y potenciar la misión evangelizadora de la Iglesia.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) es el organismo colegial de los Obispos mexicanos que, sin disminuir la responsabilidad de cada obispo en el ámbito de su propia diócesis, favorece la promoción y la tutela de la fe y las costumbres, la traducción de los libros litúrgicos, la promoción y la formación de las vocaciones sacerdotales, la elaboración de materiales para la catequesis, la promoción y la tutela de las universidades católicas y de otras instituciones educativas, el compromiso ecuménico, las relaciones con las autoridades civiles, la defensa de la vida humana, de la paz, de los derechos humanos, la promoción de la justicia social y el uso de los medios de comunicación social para la evangelización.[1]
Aceptar un cargo en la CEM es un acto de amor a Jesús y a la Iglesia, sin duda, un obispo siempre tiene trabajo en su diócesis y servir en un cargo en la conferencia del episcopado mexicano exige un desgaste mayor, sin embargo, nuestro Señor Jesucristo nos enseña que en el servir se encuentra la vida.
Cristo no ha venido a ser servido, sino a servir, y por eso, cuando un Obispo es elegido para desempeñar un cargo en la conferencia del episcopado, el Señor le elige para una misión particular, y tenemos la certeza de que el Espíritu Santo le asistirá con su gracia para asistirlo en su trabajo.
El servicio en la Iglesia, además de implicar una gran responsabilidad, contempla un acto de humildad. Coordinar el trabajo del episcopado mexicano es una tarea titánica que muchas veces rebasa la capacidad humana del hermano elegido, por lo que se debe vivir desde la fe. La Virgen María nos enseña a servir con sencillez; ante una tarea tan grande como llevar al Hijo de Dios en su seno, responde desde la fe; consiente de sus limitaciones, pero abierta a la voluntad de Dios:
“El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. […]». Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; […] porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».[2]”
Sigamos rezando por nuestra iglesia mexicana y por nuestros pastores, para que el Espíritu Santo les siga asistiendo en su ministerio. Que los obispos mexicanos sigan impulsando la pastoral para alcanzar una iglesia más sinodal y misionera, que nuestra iglesia siga caminando bajo la mirada amorosa de Santa María de Guadalupe al encuentro de Jesucristo Redentor.
Notas: [1] https://cem.org.mx/acerca-del-cem/#acerca
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