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COLUMNA

La voz del Obispo

A propósito de la VIII Jornada Mundial de los pobres: “La oración del pobre sube hasta Dios”

Papa Francisco nos recuerda el vínculo que existe entre la oración y las acciones en bien de los más necesitados

4 noviembre, 2024
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Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México. 

El próximo 17 de noviembre tendrá lugar la 8va. Edición de la Jornada Mundial de los pobres, dice el Santo Padre es ésta es ya una cita obligada para toda la Iglesia, en la que somos motivados todos los creyentes a escuchar la oración de los pobres para tomar conciencia de su presencia y su necesidad. La ocasión es propicia para realizar algunas iniciativas de ayuda a los pobres de manera concreta, así como reconocer y apoyar a los voluntarios que, con pasión, se dedican a los necesitados. Dice el Santo Padre:

Los pobres tienen todavía mucho que enseñar porque, en una cultura que ha puesto la riqueza en primer lugar y que con frecuencia sacrifica la dignidad de las personas sobre el altar de los bienes materiales, ellos reman contracorriente, poniendo de manifiesto que lo esencial en la vida es otra cosa”.

Como en cada Jornada el Papa Francisco nos ha regalado un mensaje, esta vez ha tomado su título de un fragmento del libro del Sirácide “La oración del pobre sube hasta Dios”, esta expresión nos permite reflexionar sobre cómo es propiamente la oración del pobre la que se eleva a Dios, de tal manera que la oración realizada, por nuestra parte, nos permite entrar en comunión con el pobre para atender sus heridas.

El Santo Padre hace enfásis en la oración, pues no debemos de olvidar que en preparación al Jubileo del 2025, este es el año de la oración, y en esa misma dinámica quiere que vivamos esta próxima Jornada de los pobres, en esto es muy explícito el Papa:

“En este año dedicado a la oración, necesitamos hacer nuestra la oración de los pobres y rezar con ellos. Es un desafío que debemos acoger y una acción pastoral que necesita ser alimentada. De hecho, «la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria» (Evangelii Gaudium, 200)”.

El libro sapiencial del que se toma un fragmento para dar título al mensaje de esta Jornada, nos introduce a la conciencia de la preocupación de Dios por los pobres de manera preferencial, de cómo es una urgencia la que Dios siente por brindar justicia y asistencia la dolor de sus hijos marginados e indigentes, y con todo aclara el Papa: “ante Él, todos somos pobres y necesitados”.

También podemos destacar del mensaje, la referencia que hace el Santo Padre al problema de la guerra y la violencia, hecha por aquellos que se creen poderosos y realizan una mala política y cuyo proceder provoca pobreza entre sus gobernados, entre sus propios hermanos.

Finalmente, Papa Francisco nos recuerda el vínculo que existe entre la oración y las acciones en bien de los más necesitados, recuerda el texto de Santiago de la estrecha relación entre fe y obras, además cita a Santa Teresa de Calcuta en su discurso ante la ONU: «Yo sólo soy una pobre monja que reza. Rezando, Jesús pone su amor en mi corazón y yo salgo a entregarlo a todos los pobres que encuentro en mi camino. ¡Recen también ustedes! Recen y se darán cuenta de los pobres que tienen a su lado. Quizá en la misma planta de sus casas. Quizá incluso en sus hogares hay alguien que espera vuestro amor. Recen, y los ojos se les abrirán, y el corazón se les llenará de amor».

Que de esta manera vivamos esta próxima Jornada de los pobres, en oración con el Señor para descubrir su presencia en aquellos hermanos cuya oración sube cotidianamente a Dios, que nos sintamos siempre necesitados de nuestro Señor de tal manera que nuestra oración se convierta en acción eficaz en facor de nuestros hermanos que más necesitan de nosotros.


Autor

Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México.