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COLUMNA

Columna invitada

Inició “40 días por la Vida”

Unámonos a esta vigilia de oración mundial, orando desde casa, ofreciendo la Eucaristía o acompañando a quienes se manifiestan pacíficamente en las calles.

25 septiembre, 2020
El pasado miércoles 23 de septiembre iniciamos, por primera vez en Ciudad Juárez, 40 días por la Vida, la vigilia de oración más grande del mundo puesta en marcha hasta el 1 de noviembre en más de 60 países. El propósito de la campaña es orar por el fin del aborto en el mundo, así como por la terminación del suicidio. Iniciamos la vigilia con una Misa de envío en la que celebramos la memoria de san Pío de Pietrelcina, el fraile estigmatizado muerto en 1968. Con la intercesión del santo arrancó la cruzada por el respeto a la vida humana. En una conversación con el fraile Pellegrino Funicelli, el padre Pío habló sobre el aborto: “El día en que las personas pierdan su horror por el aborto será el día más terrible para la humanidad. El aborto no es sólo un homicidio, sino también un suicidio. ¿No deberíamos tener el coraje de manifestar nuestra fe ante quienes cometen dos crímenes en un solo acto?” "¿Suicidio?", inquirió el padre Pellegrino–, a lo que el padre Pío respondió: “El suicidio de la raza humana será entendido por aquellos que verán la tierra poblada por ancianos y despoblados de niños: quemados como un desierto”. Más de 50 años después de aquella declaración del padre Pío, los obispos de México, preocupados por la multiplicación de atentados contra la vida publicaron en julio pasado su Declaración conjunta sobre la dignidad de la vida y la persona. Más artículos del autor: Hijos de Dios en un mundo corrompido Lo hicieron reconociendo la gravedad del tiempo en que vivimos: "En un momento en que nuestro querido pueblo sufre los embates, cada vez más constantes, de la “cultura de la muerte” y se enfrenta a una serie de desafíos que, como Pastores, estamos llamados a iluminar y dar, así, “razón de nuestra esperanza” (1 Pe. 2,15) ante tanta confusión en torno al don de la vida y de la dignidad de la persona humana". 40 días por la Vida es una iniciativa católica que vio la luz en Bryant Texas en 2004 después de que una clínica abortista de Planned Parenthood abriera sus servicios en esa ciudad en 1998. Desde entonces la campaña se extendió por numerosas ciudades de Estados Unidos. El año 2019 participaron más de un millón de personas orando en 64 países. Un total de 17 mil vidas han sido salvadas, numerosas clínicas de aborto han cerrado sus servicios y muchas empleadas de estas clínicas han desistido trabajar para la industria de la muerte. Las vigilias de 40 días por la Vida son pacíficas, amigables y se hacen en un ambiente discreto de oración en la vía pública, muchas veces cerca de las aborterías. Sin embargo la reacción de las mujeres activistas a favor del aborto no se ha hecho esperar. Ellas, preocupadas de que las vigilias de oración hagan cambiar a quienes buscan abortar, han protestado contra 40 días por la Vida, a veces con agresiones verbales, incluso físicas como ocurrió en Tennesseee y en San Francisco California. Un vocero de American Civil Liberties Union calificó a 40 días pro la Vida como la amenaza más peligrosa para el aborto. Las grandes victorias se obtienen con grandes oraciones. La reina Ester, en el libro bíblico que lleva su nombre, oró intensamente a Dios pidiendo que tocara el corazón del rey Asuero para que revocara el decreto del exterminio del pueblo judío. Gracias a las súplicas fervorosas de la reina, los hebreos se salvaron del genocidio. En nuestro amor y defensa de la vida humana unámonos, pues, a esta gran vigilia de oración mundial, orando desde casa, ofreciendo la Eucaristía, o bien, acompañando de manera presencial a quienes tienen en valor de hacerlo en la vía pública. Una vida salvada, con la gracia de Dios,  es un tabernáculo donde Jesucristo tendrá su morada. El Pbro. Eduardo Hayen es un sacerdote de la Diócesis de Ciudad Juárez y director del periódico Presencia. ¿Ya conoces nuestra revista semanal? Al adquirir un ejemplar o suscribirte nos ayudas a continuar nuestra labor evangelizadora en este periodo de crisis. Visita revista.desdelafe.mx  o envía un WhatsApp al +52 55-7347-0775 Los artículos de opinión son responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe. Artículo publicado originalmente en el blog del P. Eduardo Hayen
POR:
Autor

Ordenado sacerdote para la Diócesis de Ciudad Juárez, México, el 8 de diciembre de 2000, tiene una licenciatura en Ciencias de la Comunicación (ITESM 1986). Estudió teología en Roma en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum y en el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia. Actualmente es párroco de la Catedral de Ciudad Juárez, pertenece a los Caballeros de Colón y dirige el periódico www.presencia.digital 

El pasado miércoles 23 de septiembre iniciamos, por primera vez en Ciudad Juárez, 40 días por la Vida, la vigilia de oración más grande del mundo puesta en marcha hasta el 1 de noviembre en más de 60 países. El propósito de la campaña es orar por el fin del aborto en el mundo, así como por la terminación del suicidio.

Iniciamos la vigilia con una Misa de envío en la que celebramos la memoria de san Pío de Pietrelcina, el fraile estigmatizado muerto en 1968. Con la intercesión del santo arrancó la cruzada por el respeto a la vida humana.

En una conversación con el fraile Pellegrino Funicelli, el padre Pío habló sobre el aborto: “El día en que las personas pierdan su horror por el aborto será el día más terrible para la humanidad. El aborto no es sólo un homicidio, sino también un suicidio. ¿No deberíamos tener el coraje de manifestar nuestra fe ante quienes cometen dos crímenes en un solo acto?” “¿Suicidio?”, inquirió el padre Pellegrino–, a lo que el padre Pío respondió: “El suicidio de la raza humana será entendido por aquellos que verán la tierra poblada por ancianos y despoblados de niños: quemados como un desierto”.

Más de 50 años después de aquella declaración del padre Pío, los obispos de México, preocupados por la multiplicación de atentados contra la vida publicaron en julio pasado su Declaración conjunta sobre la dignidad de la vida y la persona.

Más artículos del autor: Hijos de Dios en un mundo corrompido

Lo hicieron reconociendo la gravedad del tiempo en que vivimos: “En un momento en que nuestro querido pueblo sufre los embates, cada vez más constantes, de la “cultura de la muerte” y se enfrenta a una serie de desafíos que, como Pastores, estamos llamados a iluminar y dar, así, “razón de nuestra esperanza” (1 Pe. 2,15) ante tanta confusión en torno al don de la vida y de la dignidad de la persona humana”.

40 días por la Vida es una iniciativa católica que vio la luz en Bryant Texas en 2004 después de que una clínica abortista de Planned Parenthood abriera sus servicios en esa ciudad en 1998. Desde entonces la campaña se extendió por numerosas ciudades de Estados Unidos.

El año 2019 participaron más de un millón de personas orando en 64 países. Un total de 17 mil vidas han sido salvadas, numerosas clínicas de aborto han cerrado sus servicios y muchas empleadas de estas clínicas han desistido trabajar para la industria de la muerte.

Las vigilias de 40 días por la Vida son pacíficas, amigables y se hacen en un ambiente discreto de oración en la vía pública, muchas veces cerca de las aborterías. Sin embargo la reacción de las mujeres activistas a favor del aborto no se ha hecho esperar. Ellas, preocupadas de que las vigilias de oración hagan cambiar a quienes buscan abortar, han protestado contra 40 días por la Vida, a veces con agresiones verbales, incluso físicas como ocurrió en Tennesseee y en San Francisco California. Un vocero de American Civil Liberties Union calificó a 40 días pro la Vida como la amenaza más peligrosa para el aborto.

Las grandes victorias se obtienen con grandes oraciones. La reina Ester, en el libro bíblico que lleva su nombre, oró intensamente a Dios pidiendo que tocara el corazón del rey Asuero para que revocara el decreto del exterminio del pueblo judío. Gracias a las súplicas fervorosas de la reina, los hebreos se salvaron del genocidio.

En nuestro amor y defensa de la vida humana unámonos, pues, a esta gran vigilia de oración mundial, orando desde casa, ofreciendo la Eucaristía, o bien, acompañando de manera presencial a quienes tienen en valor de hacerlo en la vía pública. Una vida salvada, con la gracia de Dios,  es un tabernáculo donde Jesucristo tendrá su morada.

El Pbro. Eduardo Hayen es un sacerdote de la Diócesis de Ciudad Juárez y director del periódico Presencia.

¿Ya conoces nuestra revista semanal? Al adquirir un ejemplar o suscribirte nos ayudas a continuar nuestra labor evangelizadora en este periodo de crisis. Visita revista.desdelafe.mx  o envía un WhatsApp al +52 55-7347-0775

Los artículos de opinión son responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

Artículo publicado originalmente en el blog del P. Eduardo Hayen


Autor

Ordenado sacerdote para la Diócesis de Ciudad Juárez, México, el 8 de diciembre de 2000, tiene una licenciatura en Ciencias de la Comunicación (ITESM 1986). Estudió teología en Roma en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum y en el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia. Actualmente es párroco de la Catedral de Ciudad Juárez, pertenece a los Caballeros de Colón y dirige el periódico www.presencia.digital