La contemplación y la prisa

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COLUMNA

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Nuestro pastor: Carlos Cardenal Aguiar Retes

Hoy más que nunca es necesario que retomemos las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, que recuperemos el verdadero amor al prójimo

22 julio, 2025
Nuestro pastor: Carlos Cardenal Aguiar Retes
El próximo 1° de octubre dará inicio la administración de la primer mujer en ocupar la Presidencia. Foto: Especial
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Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación. 

Es indudable que nuestra sociedad se enfrenta a momentos complejos, que hoy en comparación con otras épocas el amor al prójimo, la esperanza y la caridad se han visto disminuidas e incluso rebasadas por la indiferencia, el desdén y el rencor; sin embargo, creo que justamente ante los retos que tenemos no podemos olvidar que la fe es aquella puerta que tenemos para que Dios obre; la fe nos enseña a mirar el futuro con la paz del que sabe que todo aquello que sucede será para una mejora persona y espiritual con impacto en la familia y la sociedad.

Considero que uno de los elementos más importantes son aquellas figuras que tenemos como referencia, que sirven de inspiración, que de alguna manera se convierten en un punto de partida, es por ello que hoy quisiera hacer un pequeño reconocimiento al compromiso y amor al prójimo de nuestro pastor, Carlos Cardenal Aguiar Retes, gracias a él continuamos caminando en comunión, como discípulos y misioneros de Jesús.

Es así que justamente uno de los principales puntos de interés del Cardenal Aguiar Retes ha sido la constante preocupación sobre de qué forma continuar evangelizando ante los cambios que vivimos en el mundo actual, incluso durante su participación en 2020 en la inauguración de las jornadas de reflexión “Parroquias al servicio de la evangelización” dibujando el contexto y los retos para la Iglesia de hoy, instó a buscar un cambio de perspectiva, de modo que las dificultades actuales se conviertan en oportunidades en la transmisión de la Palabra de Dios.

Pero además mencionó que ha habido una fractura de la cultura, a partir del cambio de convicciones que la sociedad compartía, siendo que uno de los principales valores que se ha visto afectado en esta ruptura ha sido la dignidad de la persona, un reconocimiento que prácticamente ha desaparecido.

Los cambios de las últimas décadas, la rapidez con la que vivimos y la cultura del descarte han impactado en el detrimento de instituciones como la familia y la iglesia, y no podemos perder de vista que las transformaciones intergeneracionales pueden ser percibidas como una disminución en la transmisión de la fe.

Estamos inmersos en una constante evolución, esto no significa que la fe se pierda, sino que por el contrario es necesario ver el cambio de época como una oportunidad para la evangelización.

Bien lo ha mencionado el Cardenal Aguiar Retes “¡Quizá no la veremos! pero, es responsabilidad nuestra orientar a las personas, en la nueva civilización que se está forjando. ¡Como Iglesia, nos interesa participar en la plenitud de su creación!”.

Hoy más que nunca es necesario que retomemos las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, que recuperemos el verdadero amor al prójimo, que escuchemos a quien necesita ayuda y empatía, que tendamos la mano a quien requiera compañía, que miremos con compasión a quien se enfrenta a incertidumbre y conflictos, porque ante el dolor, el miedo y la tristeza se requieren corazones solidarios.

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

El autor es analista en temas de Religión, Seguridad, Justicia, Política y Educación.


Autor

Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.