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COLUMNA

Desde la familia

Realidades de los libros de texto

“La educación es un acto de amor, es dar vida” (Papa Francisco) Es momento de preguntarnos ¿qué haremos por estos pequeños que sufren una realidad adversa?

8 agosto, 2023
Realidades de los libros de texto
Consuelo Mendoza
POR:
Autor

Consuelo Mendoza es conferencista y la presidenta de la Alianza Iberoamericana de la Familia. Es la primera mujer que ha presidido la Unión Nacional de Padres de Familia, a nivel estatal en Jalisco (2001 – 2008) y después a nivel nacional (2009 – 2017). Estudió la licenciatura en Derecho en la UNAM, licenciatura en Ciencias de la Educación en el Instituto de Enlaces Educativos, maestría de Ciencias de la Educación en la Universidad de Santiago de Compostela España y maestría en Neurocognición y Aprendizaje en el Instituto de Enlaces Educativos. 

El rezago educativo en México no es un tema nuevo, así lo reflejan los resultados de las pruebas PISA que son las evaluaciones internacionales realizadas por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en las que nuestro país había participado desde el año 2000.

Ya desde entonces los resultados fueron muy preocupantes; en la última prueba en que México participo,(2018), el 45% de los estudiantes obtuvieron un bajo nivel en lectura y el 56% en matemáticas, colocándolo, como en los años anteriores, en los últimos lugares de los países participantes.

La pandemia en el 2020 agravó la situación, y sabemos que más de un millón 500 mil niños y niñas, abandonaron desde entonces las aulas y, como México ya no participó en el 2021 en la prueba PISA, ni existe ya el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que publicaba la realidad de la educación incluyendo la educación rural y la indígena; hoy no contamos con ningún elemento que nos permita tener una visión general y verdadera del tema educativo.

En el panorama gris que vivimos los mexicanos, el futuro de los niños se torna incierto y hasta amenazador si los padres de familia, los maestros y la sociedad misma no asumimos que la educación es quehacer de todos y la dejamos solo en manos de un gobierno que no le da prioridad a la tarea más importante para forjar el futuro.

La inquietud social que han despertado los nuevos libros de texto gratuitos, que la Secretaría de Educación Pública ya ha repartido en todos los Estados sin cumplir con los procesos legales y las revisiones necesarias, son una oportunidad para despertar las conciencias adormiladas. No se trata de solo de señalar su contenido ideológico, que por supuesto lo tiene; sino que carece de la pedagogía y la didáctica acordes al grado escolar; sin el contenido necesario del aprendizaje de las matemáticas y la necesaria lectura, se afectará a los estudiantes para el desarrollo del pensamiento lógico, crítico y además, su capacidad de pensamiento; esto sin mencionar los errores significativos que han encontrado los experto en diferentes materias.

Ciertamente los padres de familia y la sociedad misma están reaccionando ante esta imposición y cerrazón de la Secretaría y del gobierno. Las escuelas particulares que significan alrededor del 3% de la educación en México, podrán, como ya lo hacían, sustituir o reforzar el libro de texto gratuito con buen material de diferentes editoriales; esperemos que muchos padres de familia tomen consciencia de su responsabilidad como primeros educadores de sus hijos y estén muy al pendiente de su escuela y su aprendizaje. Sabemos también que un gran número de maestros y maestras que ejercen una de las más nobles vocaciones, subsanarán las carencias de los libros de texto y abrirán las puertas de un conocimiento más amplio a sus alumnos.

Pero no podemos olvidarnos de todos aquellos que no corren igual suerte: Los niños y niñas de las poblaciones alejadas o las zonas rurales, que asisten a escuelas a kilómetros de distancia y con un profesor que tiene que atender todos los grados; los de las periferias que son explotados por su propia familia; los que reciben la enseñanza a capricho de los sindicatos de maestros que han secuestrado la educación en estados como Oaxaca o Guerrero: o las de los maestros que se ven impedidos a llegar a la escuela porque la población está tomada por algún cártel… ahí en la pobreza, solo llega un material y una sola esperanza: los libros de texto gratuitos.

Los cristianos no podemos hablar de educación y soluciones sin hablar de los excluidos y de la realidad que viven.  “La educación es un acto de amor, es dar vida” (Papa Francisco) Es momento de preguntarnos ¿qué haremos por estos pequeños que sufren una realidad adversa?


Autor

Consuelo Mendoza es conferencista y la presidenta de la Alianza Iberoamericana de la Familia. Es la primera mujer que ha presidido la Unión Nacional de Padres de Familia, a nivel estatal en Jalisco (2001 – 2008) y después a nivel nacional (2009 – 2017). Estudió la licenciatura en Derecho en la UNAM, licenciatura en Ciencias de la Educación en el Instituto de Enlaces Educativos, maestría de Ciencias de la Educación en la Universidad de Santiago de Compostela España y maestría en Neurocognición y Aprendizaje en el Instituto de Enlaces Educativos.