La ausencia de civismo y ética

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COLUMNA

Desde la familia

La ausencia de civismo y ética

Circula un video en el que un alumno de una escuela secundaria técnica está en el podio junto a la presidenta de México, intentando, fallidamente, leer un texto. La incapacidad del adolescente para lograr articular correctamente una frase, su “espontaneidad” para agregar gritos y hasta una grosería; la “empatía” de la presidenta que le corregía […]

11 febrero, 2025
La ausencia de civismo y ética
Consuelo Mendoza
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Autor

Consuelo Mendoza es conferencista y la presidenta de la Alianza Iberoamericana de la Familia. Es la primera mujer que ha presidido la Unión Nacional de Padres de Familia, a nivel estatal en Jalisco (2001 – 2008) y después a nivel nacional (2009 – 2017). Estudió la licenciatura en Derecho en la UNAM, licenciatura en Ciencias de la Educación en el Instituto de Enlaces Educativos, maestría de Ciencias de la Educación en la Universidad de Santiago de Compostela España y maestría en Neurocognición y Aprendizaje en el Instituto de Enlaces Educativos. 

Circula un video en el que un alumno de una escuela secundaria técnica está en el podio junto a la presidenta de México, intentando, fallidamente, leer un texto. La incapacidad del adolescente para lograr articular correctamente una frase, su “espontaneidad” para agregar gritos y hasta una grosería; la “empatía” de la presidenta que le corregía las palabras del escrito, y el nerviosismo de la directora del plantel que intentaba amonestar con amabilidad al niño, lograron que, en minutos, dicho video se hiciera viral y sea ya conocido a nivel internacional.

Los comentarios son diversos, muchos justificando al estudiante porque “lo traicionaron” los nervios, y por su simpatía tan “natural”.  Otros, los más, elogiando la actitud de la mandataria que divertida y con una sonrisa, ayudaba al muchacho a salir de ese momento difícil.

Lo cierto, es que, con este video, más allá de una anécdota, se evidencia el por qué México ocupa la penúltima posición en comprensión lectora en la última prueba realizada por la OCDE, y la alarmante caída de la calidad de educación, que ciertamente data de mucho tiempo atrás, pero se ha precipitado con el modelo ideologizado e ineficiente de la “nueva escuela mexicana” que priva a generaciones de niños y niñas del conocimiento necesario para aspirar a un mejor futuro.

Durante mi presidencia en la UNPF, tuve la oportunidad de presenciar muchas visitas del presidente en turno a escuelas oficiales. Invariablemente eran actos emotivos, en que se elegían a los alumnos que tendrían una participación. Su intervención siempre dejaba ver el nerviosismo natural, de quien sabe que quizá está viviendo la única oportunidad de estar frente, o al lado, de la máxima autoridad de México, y reflejaba su dignidad presentándose impecable en su arreglo personal y su uniforme.

Igual se hizo famosa Andrea, aquella niña que en su momento corrigió públicamente al secretario de educación en turno: “se dice leer, no ler”… Pero lo sucedido con la presidenta Sheinbaum, debería ser un motivo de alarma social más, por el rumbo que estamos tomando en lo que a educación integral se refiere; la mandataria presentándose ante un auditorio ruidoso, un pequeño desaliñado y mal educado, y una directora que no logra tener el control de su institución, ni el respeto del alumno. Todo reflejo de la ausencia del Civismo y la Ética en los planteles y en los hogares, materias tan necesarias como las matemáticas y las ciencias, pues forjan la personalidad, los valores, el amor a la patria y las aspiraciones de los hombres y mujeres de bien para un mejor mañana.

Como sociedad, debemos preocuparnos por éste y otros niños que a través de las redes sociales se hacen famosos por su irreverencia, ignorancia y osadía; por todos aquellos que se divierten y justifican situaciones que provocan diversión cuando en realidad son sombrías, trágicas y dolorosas.

Es urgente retomar el valor de la Familia, primera educadora de los hijos, donde podemos rescatar a las nuevas generaciones  de la ineficiencia del sistema, de todas las falacias y amenazas que les rodean, participando y exigiendo el buen funcionamiento de las escuelas,  viviendo los valores necesarios para formar a los ciudadanos del mañana, formando las consciencias de los hijos para la construcción de un mejor México.

“La familia, es capaz de calentar el corazón de toda una ciudad con su testimonio de amor” Papa Francisco.

Circula un video en el que un alumno de una escuela secundaria técnica está en el podio junto a la presidenta de México, intentando, fallidamente, leer un texto. La incapacidad del adolescente para lograr articular correctamente una frase, su “espontaneidad” para agregar gritos y hasta una grosería; la “empatía” de la presidenta que le corregía las palabras del escrito, y el nerviosismo de la directora del plantel que intentaba amonestar con amabilidad al niño, lograron que, en minutos, dicho video se hiciera viral y sea ya conocido a nivel internacional.

Los comentarios son diversos, muchos justificando al estudiante porque “lo traicionaron” los nervios, y por su simpatía tan “natural”.  Otros, los más, elogiando la actitud de la mandataria que divertida y con una sonrisa, ayudaba al muchacho a salir de ese momento difícil.

Lo cierto, es que, con este video, más allá de una anécdota, se evidencia el por qué México ocupa la penúltima posición en comprensión lectora en la última prueba realizada por la OCDE, y la alarmante caída de la calidad de educación, que ciertamente data de mucho tiempo atrás, pero se ha precipitado con el modelo ideologizado e ineficiente de la “nueva escuela mexicana” que priva a generaciones de niños y niñas del conocimiento necesario para aspirar a un mejor futuro.

Durante mi presidencia en la UNPF, tuve la oportunidad de presenciar muchas visitas del presidente en turno a escuelas oficiales. Invariablemente eran actos emotivos, en que se elegían a los alumnos que tendrían una participación. Su intervención siempre dejaba ver el nerviosismo natural, de quien sabe que quizá está viviendo la única oportunidad de estar frente, o al lado, de la máxima autoridad de México, y reflejaba su dignidad presentándose impecable en su arreglo personal y su uniforme.

Igual se hizo famosa Andrea, aquella niña que en su momento corrigió públicamente al secretario de educación en turno: “se dice leer, no ler”… Pero lo sucedido con la presidenta Sheinbaum, debería ser un motivo de alarma social más, por el rumbo que estamos tomando en lo que a educación integral se refiere; la mandataria presentándose ante un auditorio ruidoso, un pequeño desaliñado y mal educado, y una directora que no logra tener el control de su institución, ni el respeto del alumno. Todo reflejo de la ausencia del Civismo y la Ética en los planteles y en los hogares, materias tan necesarias como las matemáticas y las ciencias, pues forjan la personalidad, los valores, el amor a la patria y las aspiraciones de los hombres y mujeres de bien para un mejor mañana.

Como sociedad, debemos preocuparnos por éste y otros niños que a través de las redes sociales se hacen famosos por su irreverencia, ignorancia y osadía; por todos aquellos que se divierten y justifican situaciones que provocan diversión cuando en realidad son sombrías, trágicas y dolorosas.

Es urgente retomar el valor de la Familia, primera educadora de los hijos, donde podemos rescatar a las nuevas generaciones  de la ineficiencia del sistema, de todas las falacias y amenazas que les rodean, participando y exigiendo el buen funcionamiento de las escuelas,  viviendo los valores necesarios para formar a los ciudadanos del mañana, formando las consciencias de los hijos para la construcción de un mejor México.

“La familia, es capaz de calentar el corazón de toda una ciudad con su testimonio de amor”: Papa Francisco.

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.


Autor

Consuelo Mendoza es conferencista y la presidenta de la Alianza Iberoamericana de la Familia. Es la primera mujer que ha presidido la Unión Nacional de Padres de Familia, a nivel estatal en Jalisco (2001 – 2008) y después a nivel nacional (2009 – 2017). Estudió la licenciatura en Derecho en la UNAM, licenciatura en Ciencias de la Educación en el Instituto de Enlaces Educativos, maestría de Ciencias de la Educación en la Universidad de Santiago de Compostela España y maestría en Neurocognición y Aprendizaje en el Instituto de Enlaces Educativos.