¿Por qué Juan bautizó a Jesús con agua?
El bautismo con agua significaba la actitud de conversión de aquellos que escuchaban a Juan, pero él quería cumplir con una misión.
Evangelio Juan (Jn 1, 29-34)
En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacia él, y exclamó: “Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo he dicho: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que Él sea dado a conocer a Israel”. Entonces Juan dio este testimonio: “Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios”.
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¿Por qué Juan el Bautista bautizó a Jesús con agua?
En ningún momento Juan Bautista aceptó ser el mesías. De acuerdo a lo que nos narra este mismo evangelio de San Juan (Jn 1,19-20), tampoco aceptó ser Elías, ni el profeta. Sin embargo, por lo que nos dice en el texto de hoy, sí asumió la función de ser el precursor.
De acuerdo con lo que leemos en el profeta Malaquías (ML 3, 23.24), Dios dice: “enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día de Yahveh, grande y terrible. Él reconciliará a los padres con los hijos y a los hijos con los padres, y así no vendré a castigar la tierra con la maldición”, Juan Bautista, con su bautismo de agua que significaba la actitud de conversión de aquellos que escuchaban su predicación, cumplía con esta misión antes del día del fin del mundo, es decir, “el día de Yahveh”.
La tradición judía no pensaba en la manifestación del mesías como un acontecimiento de nacimiento. Somos los cristianos, particularmente los católicos, quienes más le hemos dado importancia al nacimiento de Jesús en Belén.
Los judíos más bien pensaban en que el mesías se presentaría poderoso en plenitud de la edad adulta, y precisamente el precursor sería quien prepararía esta manifestación.
Si leemos la predicación de Juan Bautista en el evangelio de San Mateo (Mt 3,1-12) veremos un estilo de predicación más parecido a la preparación del “día de Yahveh”, es decir a la preparación de la manifestación poderosa del mesías.
Sin embargo, más adelante en los evangelios, Jesús constató que a Juan Bautista no le creyeron e hicieron con él lo que quisieron. Podemos entonces concluir que este testimonio de Juan Bautista, realizado con su predicación y con el signo del bautismo en el río Jordán, fue lo que los profetas habían anunciado como preámbulo de la aparición del mesías, que de acuerdo a lo que leemos hoy en el evangelio, es Jesús de Nazaret.
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