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¿Por qué los magos paganos no fueron simplemente soldados romanos?

7 enero, 2023
¿Por qué los magos paganos no fueron simplemente soldados romanos?
Epifanía del Señor
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Evangelio según Mateo (Mt 2, 1-12)

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

¿Por qué los magos paganos no pudieron ser simplemente soldados romanos?

Una razón explícita para mencionar a magos orientales dentro del evangelio de San Mateo, no existe. Sin embargo, el “oriente” en la tradición veterotestamentaria es importante. La primera razón es que los ancestros venían del oriente, así lo expresa el credo histórico hebreo: “mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto…” (Dt 26,5).

En el relato de la vida de Abrahán se dice que su padre Teraj era originario de Ur de Caldea y había emigrado con sus familiares a Jarán (Gn 11,27-32). También el relato de la creación que incluye la descripción del jardín del Edén lo ubica al oriente de Palestina (Gn 2,8). Más adelante en la historia de Israel las dos deportaciones que sufrió en la época monárquica fueron a reinos del oriente.

En el siglo octavo el reino del Norte, mejor conocido como Israel, fue deportado por los Asirios (2Re 17,5-6). En el siglo sexto el reino del Sur, conocido como Judá, fue deportado a Babilonia por su rey Nabucodonosor (2Re 24,10-17).  De allá Dios les concedió volver a buena parte del pueblo (Esd 1,1-11). En oriente se desarrollaron los ministerios proféticos del profeta Ezequiel y Daniel.

Este cúmulo de datos nos permite considerar que para los judíos era importante su relación con los sabios orientales. Por otra parte, no debemos olvidar que tanto griegos como romanos sí son mencionados dentro de los evangelios buscando a Jesús, por ejemplo en el evangelio de San Juan (Jn 12,20) unos griegos pidieron a los discípulos ver a Jesús.



En varias ocasiones se menciona a un centurión romano profesando una fe superior a la de los mismos judíos (cfr. Mt 8,5-13) o bien confesando que Jesús era verdaderqamente hijo de Dios, al pie de la cruz (Mc 15,39). La fiesta de la epifanía no discrimina, si bien menciona a unos magos venidos de oriente, supone la apertura de la revelación de Dios para todas las naciones fuera del pueblo elegido de Dios, Israel.

 

Mons. Salvador Martínez es rector de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.

Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

 





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