¿Por qué Jesús se pregunta, si encontrará todavía fe sobre la tierra?

El planteamiento del evangelio de hoy es que Jesús quiso enseñarles la importancia de orar siempre y sin desfallecer ¿Por qué Jesús se pregunta, al final del texto, si encontrará todavía fe sobre la tierra?

Poco a poco, dentro de la lectura continuada del evangelio de san Lucas nos acercamos al final del camino de subida a Jerusalén. Esta subida a Jerusalén que abarca desde el capítulo noveno (Lc 9,51) hasta el diecinueve (Lc 19,27) ocupa la mayor cantidad de materiales del evangelio de San Lucas, por eso tal vez algunos comentaristas de San Lucas han dicho que este evangelio es el más catequético de todos.

Es verdad que la gran mayoría de perícopas de la subida a Jerusalén son enseñanzas del Señor a los discípulos y a los maestros de la ley o a los fariseos, que podríamos englobar como sus oponentes.

Un denominador común en todo este camino de subida a Jerusalén es que suele corregir criterios divergentes con el evangelio. En el caso específico de hoy, el evangelista nos avisa que quería motivar a
los suyos para que oraran siempre y sin desfallecer. De nuevo en su parábola, el Señor, recurre a la desproporción (hipérbole), un juez malvado que nunca hace justicia a nadie es vencido por la insistencia de la anciana. Entonces pregunta Jesús si Dios, totalmente opuesto a este juez injusto, no escuchará de inmediato la oración de sus elegidos.

Pero introduce una pregunta que inquieta a los suyos: ¿Creen ustedes que cuando venga el hijo del Hombre encontrará fe en la tierra? Por tanto, el problema de la oración radica en un antecedente, en la fe de las personas en Dios y su poder. El Señor Jesús denuncia que, muchas veces, no se recurre a la oración por falta de fe. No es la falta de tiempo, no es la carencia de métodos, es no tener fe.