Cultura Bíblica

Evangelio del día 8 de septiembre 2024: Las regiones de Jesús

Lectura del santo Evangelio según San Marcos (7,31-37)

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “Effetá”, esto es: “Ábrete”.
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían: “Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Palabra del Señor.

El relato de hoy menciona varias ciudades y regiones ¿Tiene esto algún valor simbólico?

El evangelio de San Marcos desarrolla en su primera parte el ministerio de Jesús en Galilea esto abarca del capítulo uno al ocho. El relato que leemos hoy proviene del capítulo séptimo, por ello estamos a punto de concluir esta primera parte del evangelio.

En el presente artículo nos detendremos particularmente en las referencias geográficas. En primer lugar el texto nos dice que Jesús “salió de la región de Tiro y vino de nuevo  pasando por Sidón…”

Esta referencia resulta un poco extraña ya que el puerto de Sidón está mucho más al norte que Tiro. Y el mar de Galilea que es el lugar de llegada está todavía más al sur que Tiro. De aquí han surgido las más variadas hipótesis.

La primera y más simple es que tal vez Marcos no conocía bien la geografía de estos puertos, ya que estaban lejos de Jerusalén, lugar donde probablemente él vivió en su juventud.

Otra posibilidad es que el autor asociara ambas ciudades con el pueblo Fenicio, una nación pagana, pero no del todo lejana al pueblo Judío, en este sentido, al mencionar también la región de Decápolis pone un acento especial de apertura del Señor Jesús a los pueblos no judíos.

La Decápolis eran diez ciudades grecorromanas asentadas al sur, oriente y nororiente del mar de Galilea. Sus nombres: Canatá, Capitolias, Damasco, Escitópolis, Filadelfia, Gádara y Gerasa. Las dos últimas son mencionadas, junto con Damasco, en los evangelios.

Si bien, el ministerio del Señor Jesús estaba particularmente dirigido a los judíos, “las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mt 15,21-28), para el evangelio de San Marcos resulta importante que en esa misma región, también llamada por los profetas “Galilea de los gentiles” (cfr Is 8,23-9,1) participara de los beneficios del ministerio mesiánico de Jesús.

Mons. Salvador Martínez

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