La entrada de Jesús a Jerusalén es un acto simbólico relacionado con la entrada que hacían los reyes cuando eran nombrados.
Esto se atribuye a la historia de David que tomó Jerusalén entrando a través de un pozo que está cerca de la fuente Guijón, en el torrente Cedrón al este de Jerusalén (cfr. 2S 5,8), en memoria de esta conquista se siguió la costumbre de hacer que los elegidos como reyes subieran montados en la mula del rey desde la fuente Guijón en el torrente Cedrón (1Re 1,32-40) hacia la cima de la ciudad de David, esto es al sur de Jerusalén.
Retomando este rito, el profeta Zacarías (Za 9,9-10) habla de un rey (mesías) pacífico y como signo de ello es alguien que monta a una cría de asno.
Los gritos de júbilo eran usados ya desde al Antiguo Testamento, el en Salmo 118 (v.26) ya se encuentra una expresión así: “bendito el que viene en nombre del Señor”.
Ahora bien, la aclamación de los discípulos incluye “el Rey”, “bendito el rey (mesías), que viene en nombre del Señor”.
La reprensión de los fariseos puede deberse a la situación política bajo la cual vivía en ese momento la población judía. En ese momento Judea estaba bajo dominación romana y cualquiera que osara autoproclamarse o fuera proclamado rey a espaldas del cesar acarrearía una reacción militar violenta.
Por tanto, aquella entrada en Jerusalén no representaba ninguna amenaza contra los romanos. No hubo violencia ni atentados contra las guarniciones romanas. Aquella acción no pasó de ser un acto lleno de simbolismo, sobre todo reconociendo a Jesús como el que venía a cumplir la profecía de la llegada del mesías.
La Arquidiócesis Primada de México cumple 495 años y celebra el Año Jubilar 2025, fortaleciendo…
En sus intenciones de oración para septiembre de 2025, el Papa León XIV pide rezar…
La nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación ni ha sido elegida por el…
No se trata solo de votar cada cierto tiempo, sino de participar activamente en el…
La Biblia no es un solo libro, sino una colección de libros redactados en un…
Para que Carlo Acutis fuera elevado a los altares, debieron de comprobarse dos milagros: uno…
Esta web usa cookies.