Daniel Zovatto, director y editor de Radar Latam 360, ofrece en su artículo “El grito global de la Generación Z y su eco en América Latina” (12.10.25), una panorámica de lo que ocurre en el mundo con esta generación, que comprende a los nacidos entre mediados de la década de 1990 y comienzos de
la de 2000.
Estos nativos digitales, flexibles, creativos y con vocación emprendedora, constituyen una generación más educada y responsable que las anteriores, pero también es más ansiosa, estresada y deprimida. Están unidos por una rebeldía frente a gobiernos autoritarios, ineficaces o corruptos, y apoyados en el poder de las redes sociales para organizarse y visibilizar sus causas, expresan su anhelo de un mundo más justo y libre.
Ahora esta generación encabeza movilizaciones masivas en numerosos países del sur global, en Asia, África y América Latina. En Asia hay manifestaciones en Nepal en contra del intento de las autoridades de bloquear las redes siociales y en Indonesia y Timor-Leste, se protestas contra la desigualdad, los privilegios políticos y el costo de vida, la corrupción y el desempleo.
Y en África, los intergantes de esta generación en Kenya, Madagascar y Marruecos protestan contra la desigualdad, la corrupción, la represión, la mala gestión de los gobiernos y los frecuentes cortes de servicios básicos: agua y electricidad.
América Latina no es ajena a esta una nueva ola de protestas y los estallidos recientes en Paraguay y Perú ilustran esta tendencia.
Daniel Zovatto sostiene que el “conjunto, estas revueltas confirman una tendencia global: la irrupción de una generación hiperconectada digitalmente, frustrada e indignada, que ya no teme al poder y exige un nuevo contrato social frente a élites desconectadas y regímenes autoritarios.
Desconfía de la política tradicional, denuncia el agotamiento de los canales institucionales y demanda resultados y oportunidades reales, transparencia y el fin de la impunidad”.
Y agrega que “en nuestra región, más que un fenómeno pasajero, estas movilizaciones son la expresión de una crisis estructural y generacional. La desigualdad persistente, la alta informalidad -el desempleo juvenil en contextos urbanos frágiles constituye un detonante directo de inestabilidad social-, la creciente inseguridad y la corrupción endémica han hecho colapsar el “ascensor social”, dejando a millones de jóvenes atrapados entre la precariedad y la desesperanza, en medio de una crisis de sentido amplificada por las redes sociales y la presión del éxito inmediato”.
Considero que en este marco la Iglesia toda, en particular en América Latina, y también en México, debe, como lo propone Zovatto, escuchar a la Generación Z, antes de que su desencanto se transforme en ruptura, el poder hacerlo hoy constituye una “prueba decisiva de liderazgo y lucidez”, que incluye a los políticos, pero también a los religiosos.
La Parroquia de San Pedro Mártir de Verona ofrecerá un retiro para parejas separadas en…
El informe Petrocchi analiza pros y contras de ordenar mujeres diaconisas. Propone seguir analizando el…
Quienes podamos acercarnos a autoridades de cualquier nivel, con toda prudencia, pero también con valor,…
La Pastoral Juvenil Vocacional impulsa el camino hacia la JMJ 2027 en Corea, acompañando a…
Ella no es la luz, sino quien conduce hacia la Luz, que es Cristo. Tampoco…