Saber ser amigos
Hoy podemos convertir este festejo en oración de agradecimiento por los amigos que permanecen en nuestras vidas
Consuelo Mendoza es conferencista y la presidenta de la Alianza Iberoamericana de la Familia. Es la primera mujer que ha presidido la Unión Nacional de Padres de Familia, a nivel estatal en Jalisco (2001 – 2008) y después a nivel nacional (2009 – 2017). Estudió la licenciatura en Derecho en la UNAM, licenciatura en Ciencias de la Educación en el Instituto de Enlaces Educativos, maestría de Ciencias de la Educación en la Universidad de Santiago de Compostela España y maestría en Neurocognición y Aprendizaje en el Instituto de Enlaces Educativos.
Si bien el día de San Valentín se convirtió en un pretexto para festejar el amor y la amistad con fines meramente comerciales, podemos convertir este festejo superficial en la oportunidad de profundizar sobre el valor de la amistad, agradeciendo a nuestros amigos su presencia en nuestras vidas, y a Dios por habernos hecho coincidir.
Bien lo dice el Papa Francisco: “La amistad es un regalo de la vida y un don de Dios. Los amigos están a nuestro lado en los momentos duros, son un reflejo del cariño del Señor, de su consuelo y de su presencia amable”.
Hay un sinnúmero de pensamientos y frases que intentan definir o expresar el el valor de la amistad, pero la vida nos enseña por el camino que siempre hay algo que aprender y descubrir, porque como una forma de amor, la verdadera amistad no conoce límites para procurar el bien del amigo. “El amigo ama en todo tiempo; es un hermano para el día de la desventura” Eclesiastés 17,17.
Para un buen corazón, para un buen cristiano resulta relativamente fácil ser amigo de aquel o aquella que cayó en desgracia por una enfermedad, por abandono, por bancarrota, por ser víctima de una injusticia o de un delito; siempre habrá la mano amiga que intente levantar, la palabra que anima y que aconseja y la oración que sostenga en los momentos difíciles. Pero ¿somos capaces de permanecer en la amistad con el que se equivocó? ¿con el que hizo daño a otros y erró el camino? ¿con el que perdió la honra y el prestigio?
El valor de la amistad está no en justificar conductas erróneas, sino a pesar de éstas, permanecer con la mano extendida para mostrar caminos de esperanza y reconciliación a quien vive en la desolación por sus propias culpas.
Que mejor testimonio y ejemplo que el de Jesús, que con su vida nos da una constante lección del valor de la amistad. Con paciencia y tolerancia, es Él quien inicia el diálogo con la Samaritana al pedirle agua, creando un vínculo de cercanía y afecto para invitarla después a la conversión; perdona la traición de Pedro, y le asegura el cielo al ladrón crucificado a su lado.
Hoy podemos convertir este festejo en oración de agradecimiento por los amigos que permanecen en nuestras vidas y también en una petición a María, para que como Ella, saber ser, saber estar y saber permanecer con nuestros amigos.
FELIZ DIA DE LA AMISTAD