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COLUMNA

Comentario al Evangelio

Lecturas de la Misa y Evangelio del 21 de diciembre del 2025

José es confrontado con una verdad que no esperaba, pero elige creer. Elige obedecer. Elige confiar.

15 diciembre, 2025
Lecturas de la Misa y Evangelio del 21 de diciembre del 2025
Evangelio según San Mateo 1, 18-24
POR:
Autor

Fue ordenado sacerdote en la Basílica de Guadalupe el año 2022. Actualmente colabora en la Pastoral Juvenil Vocacional de la Arquidiócesis Primada de México y acompaña a los jóvenes que quieren ser sacerdotes. Asimismo, da formación a laicos comprometidos en el Instituto de Formación Espíritu y Palabra. 

Lecturas y Evangelio del 21 de diciembre de 2025

  • Primera Lectura: Del libro del profeta Isaías: 7, 10-14
  • Salmo: Salmo 23
  • Segunda Lectura: De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 1, 1-7
  • Evangelio del día: Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-24
  • Comentario al Evangelio

Primera lectura

Del libro del profeta Isaías: 7, 10-14

En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: “Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo, o de arriba, en lo alto”. Contestó Ajaz: “No la pediré. No tentaré al Señor”.

Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”.

Palabra de Dios.

Salmo

/R/ Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene,
el orbe todo y los que en él habitan,
pues él lo edificó sobre los mares,
él fue quien lo asentó sobre los ríos. /R/

¿Quién subirá hasta el monte del Señor?
¿Quién podrá entrar en su recinto santo?
El de corazón limpio y manos puras
y que no jura en falso. /R/

Ése obtendrá la bendición de Dios,
y Dios, su salvador, le hará justicia.
Ésta es la clase de hombres que te buscan
y vienen ante ti, Dios de Jacob. /R/

Segunda lectura

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 1, 1-7

Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos.

Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos, también se cuentan ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús.

A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.

Palabra de Dios.

Evangelio

Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-24

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.

Palabra del Señor.

Comentario al Evangelio

Bendito San José, aumenta nuestra fe

En este cuarto domingo de Adviento, el Evangelio nos presenta una figura discreta pero esencial en la historia de la salvación: san José. Un hombre justo, silencioso, que recibe una noticia que sacude por completo su proyecto de vida. María, su prometida, está embarazada y él sabe que no es el padre. Decide dejarla en secreto, no por miedo, sino por respeto. Y es en ese momento de confusión que Dios interviene.

El ángel le dice en sueños: “No temas”. Dos palabras que atraviesan toda la Biblia y que hoy, como entonces, siguen siendo necesarias. No temas recibir lo inesperado. No temas lo que no comprendes. No temas que tus planes se rompan, porque Dios tiene un plan más grande que el tuyo.

José es confrontado con una verdad que no esperaba, pero elige creer. Elige obedecer. Elige confiar. San Juan Pablo II lo llamó “el hombre del silencio creativo”, capaz de responder sin palabras, pero con hechos concretos. Y es que la fe verdadera no siempre necesita explicaciones, sino disponibilidad.

¿Cuántas veces nosotros, como José, nos encontramos ante situaciones que no entendemos? Un diagnóstico inesperado, una traición, una puerta cerrada, una pérdida. Lo natural es querer huir, protegernos, tomar el control. Pero Dios, en medio del caos, sigue diciendo: “No temas”.

Hoy, en una cultura que idolatra la seguridad y la planificación, san José nos recuerda que el plan de Dios muchas veces interrumpe nuestros esquemas. Y que la fe no es tener todo claro, sino dar pasos aunque haya sombras. Como dijo Santa Teresa de Calcuta: “No se trata de lograr grandes cosas, sino de hacer con amor lo que Dios pone hoy en tus manos.”

José no necesitó palabras grandilocuentes. Con solo su obediencia, permitió que el Emmanuel —Dios con nosotros— entrara al mundo. Así también tú y yo, con decisiones pequeñas pero valientes, podemos abrirle la puerta al Salvador.

Este Evangelio también es un llamado a los hombres y mujeres de hoy: a asumir la vida, a amar con fidelidad, a proteger lo que Dios confía, a elegir el bien aunque sea incómodo. Es un desafío para todos los que prefieren entender antes que creer, controlar antes que confiar.

¿Estás dispuesto a dejar que Dios interrumpa tus planes para realizar los suyos? ¿Te animas a escuchar en el silencio lo que Él te quiere decir? ¿Serás, como José, parte del milagro por medio de tu fidelidad?

La Navidad está cerca… Dios quiere nacer. Pero aún necesita de corazones que le digan sí, incluso sin entenderlo todo. ¿Será el tuyo uno de ellos?


Autor

Fue ordenado sacerdote en la Basílica de Guadalupe el año 2022. Actualmente colabora en la Pastoral Juvenil Vocacional de la Arquidiócesis Primada de México y acompaña a los jóvenes que quieren ser sacerdotes. Asimismo, da formación a laicos comprometidos en el Instituto de Formación Espíritu y Palabra.