Propósito de año nuevo: Que nuestra vida sea bella como la belleza de María
Qué bella la persona que hace apostolado, que comunica a Jesús a los demás, que comparte la alegría del Evangelio.
¿Qué es lo que hace que la vida de la Virgen María sea bella? ¿En qué podemos imitar a la Virgen María para que nuestra vida sea bella como la de ella?
Al inicio del año en que nos hacemos propósitos acerca de la salud, el trabajo y la estética de nuestro físico pensaba que podríamos hablar de las estéticas de María.
La estética de Nazareth
Cuando el Ángel le dice a María “Haz hallado gracia ante Dios” (Lc 26,38) es porque la Virgen se ha revelado obediente y humilde, sencilla y con gran apertura al proyecto de Dios en su vida. Una persona petulante, soberbia, no es bella, en cambio, una persona disponible y dócil es bella y digna de ser imitada.
La estética Ain Karem
“María marchó presurosa a las montañas de Judea” (Lc 1,39-45). Fue a visitar a su prima Isabel, pues estaba ya en el sexto mes de embarazo. La vida de María es bella porque glorifica a Dios con el Magnificat, lo alaba con la mente, con el corazón, con los labios, pero sobre todo con las manos en el servicio que presta a su prima Isabel. ¡Qué bella es una persona servicial, qué bella es María! Nuestra vida es bella cada que prestamos desinteresadamente un servicio y más cuando vivimos en clave de servicio a los demás.
La estética Belén
“María dio a luz a su primer hijo varón. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre” (Lc 2,7-14). Qué hermosa es María dando a luz a Jesús. ¿Cómo imitar en nuestra vida a María Madre de Dios? Abriéndonos a la acción del Espíritu Santo que nos ayudará a encarnar los criterios, las actitudes y sentimientos de su Hijo en nuestra vida al grado que Él se manifieste en nosotros, “como una segunda encarnación del Verbo” (Sor Isabel de la Trinidad). Es bella la vida de aquel cristiano que es “un reflejo luminoso del Señor en la Historia” (Papa Francisco).
La estética Jerusalén
“Cuando se cumplieron los días para la purificación de ellos, según la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor como está escrito en la Ley del Señor…”(Lc 2,22-40). La Virgen María cumplió así sus deberes religiosos. Que bella es la vida de una persona que cumple sus obligaciones, que es responsable y puntual en sus compromisos. En cambio, afea a las personas la irresponsabilidad, además del desorden que provocan. Cumplamos con puntualidad nuestros deberes de estado, nuestros compromisos por ser bautizados, confirmados o por una consagración especial como el matrimonio, la vida consagrada o el orden sacerdotal.
La estética Jerusalén.
Cuando el Niño Jesús cumplió doce años subieron sus padres a Jerusalén, pero al regreso permaneció en Jerusalén y José y María regresaron a buscarlo (Cf. Lc 2,39 s). La Virgen María busca a Jesús y lo encuentra. Qué bella es María que en todo busca a Dios y en todo lo encuentra. Que fea una persona que solo se busca a sí misma egoístamente. Imitemos a la Virgen María buscando a Dios en los momentos cotidianos, en las relaciones habituales del día a día que ahí esta el Señor.
La estética Caná
La belleza de María se pone de manifiesto cuando le dice a Jesús “No tienen vino” (Lc 2,1-12). Ella intercede por los que más lo necesitan, da la cara. Qué bella la persona que da la vida por los demás como San Maximiliano María Kolbe que da su vida por un reo muriendo él en vez del reo. Una persona es bella cuando intercede por los demás en la oración y en cada ocasión. Una persona se afea cuando solo piensa en sí misma.
La estética Gólgota
María junto a la Cruz oyó que Jesús le decía “Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Jn 19,26-27). Qué bella la persona que entrega su vida por Cristo, con Cristo y en Cristo, como María. Demos la vida todos los días, entreguemos nuestro tiempo, lo mejor de cada uno de nosotros a los demás, desgastemos la vida por amor, como Jesús, como María.
La estética Cenáculo
“Y quedaron llenos del Espíritu Santo” (Hch 2,4). Qué bella la persona de María nuevamente, como en Nazareth, abierta al Espíritu Santo. Siempre guiada, movida, iluminada por el Espíritu de Dios. Que fea una persona que solo se deja guiar por el espíritu propio, por el espíritu del mal y los criterios del mundo contrarios al evangelio de Jesucristo. Hagamos nuestra vida bella dejándonos conducir por el Espíritu de Dios.
La estética Iglesia
María fue testigo de su Hijo, puede decir con los Apóstoles “lo que hemos visto y oído es lo que les anunciamos” (1 Jn 1,3). Ella junto con los Apóstoles comunican la vida de Jesús. Qué bella la persona que hace apostolado, que comunica a Jesús a los demás, que comparte la alegría del Evangelio.
Qué mejor regalo para los que nos rodean el que hagamos de nuestra vida un destello de la belleza de María. Qué buen propósito de Año nuevo el que lo iniciemos tomados de la Virgen María, la toda bella, la toda hermosa, la toda santa. Haz que nuestra vida sea un resplandor de tu belleza, ¡Oh siempre Virgen María!
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