Los retos de la democracia en tiempos de pandemia
Las elecciones en México ya están en marcha y enfrentan enormes retos ante la pandemia.
El próximo 6 de junio tendrá lugar la elección más grande en la historia de México, están en juego más de 20,000 cargos de elección popular. De cara a ese proceso, el Instituto Nacional Electoral (INE), en el marco de la pandemia del Covid-19, ubica cuatro grandes desafíos para las democracias del mundo, que incluye a la de México.
1) Dimensión sanitaria
Las elecciones exigen de una enorme movilización ciudadana que implica a funcionarios electorales, funcionarios de mesa, observadores y otros actores. Se deben tomar medidas especiales, para mantener una relación fluida con las autoridades sanitarias y garantizar la sanitización de los centros, los materiales de votación y la protección de quienes participan en el proceso.
2) Dimensión económica
La crisis económica derivada de la pandemia contrae a todas las economías del mundo, también la de México, lo que acentúa el descontento y la insatisfacción de la población ante la incapacidad de los gobiernos para resolver las demandas sociales y satisfacer sus necesidades básicas. La pobreza crece e implica que la integridad de la democracia se afecte. ¿Cuánta pobreza aguanta la democracia?
3) Dimensión política
La emergencia coloca a las democracias constitucionales en una situación de tensión obvia. Cuando se habla de la restricción de algunos derechos, las democracias constitucionales entran en una zona de riesgo: es cuando los controles del poder y la protección de los derechos se vuelve crucial.
Un primer riesgo es el de la concentración y ejercicio autocrático del poder. El ejercicio del poder en los contextos de emergencia está expuesto a estas tentaciones, por eso, es entonces cuando los controles deben reforzarse. El problema tiene que ver con el discurso de polarización que tiende naturalmente a acentuarse en los momentos de crisis.
A esto se debe añadir que cuando el ciclo electoral se superpone a esos tiempos de emergencia sanitaria, la natural confrontación democrática incrementa los riesgos de acentuación de ese caldo de cultivo, la polarización extrema amigo-enemigo, que sustenta inevitablemente pulsiones autoritarias al erosionar la base de tolerancia y de reconocimiento y respeto de las legítimas diferencias que sustenta toda la lógica de funcionamiento de la democracia.
4) Dimensión social
La suma de los problemas anteriores puede eventualmente generar expresiones de inconformidad que pueden desbordar los cauces institucionales.
Esos cuatro retos se dan en medio de un horizonte donde: La democracia no goza de su mejor momento; hay descontento social con la democracia por su falta de resultados en la solución de los problemas; desigualdad social que atraviesa todos los ámbitos de la vida social; pobreza que crece; proceso de desinstitucionalización o crisis de credibilidad de las instituciones centrales de los procesos democráticos: partidos y parlamentos; nueva potencialidad de la desinformación por la penetración y rapidez de las redes sociales y sociedades crecientemente polarizadas.
El proceso electoral ya está en marcha y el INE se enfrenta a enormes retos. Da confianza en que los habrá de superar su historia en la organización de elecciones con los más altos estándares, a pesar de las crítica infundada de algunos actores. En los últimos 23 años ha organizado cuatro elecciones presidenciales; seis del Senado; ocho de la Cámara de Diputados y tres extraordinarias de diputaciones federales. (La información, para la elaboración del artículo la tomo del documento: La democracia mexicana en el 2021, INE, enero de 2021)
Twitter: @RubenAguilar
Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político.
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