Todos en las gradas atentos de lo que pasaba en la alberca, los mejores nadadores del planeta estaban allí compitiendo, Anita Álvarez, en nado artístico representando a los Estados Unidos, hacía su mejor esfuerzo para impresionar a los jueces y superarse a sí misma gracias al esfuerzo y talento que la llevaba a cruzar el Atlántico y competir.
De repente, Anita desapareció de la superficie de la alberca por más tiempo que el programado en su rutina. Andrea Chávez, su entrenadora hizo señas a los salvavidas para que rescataran a la nadadora. Éstos, por norma de la Federación de natación, sólo pueden entrar por indicación de los jueces, Andrea al ver la situación no dudó en saltar a la alberca y sacar a su pupila a flote quien estaba inconsciente en el fondo.
Los rescatistas finalmente reaccionaron (sin la autorización de los jueces) y la ayudaron a sacarla. Anita recobró el conocimiento y está fuera de peligro. Las fotografías subacuáticas que se han difundido en medios hacen notar la sagacidad y el empeño de la entrenadora por llegar lo antes posible al lugar donde estaba Anita.
Casi todos los que estaban alrededor de la alberca eran expertos nadadores, incluso estaban los rescatistas pero nadie en ese lugar sabía lo que estaba pasando salvo Andrea. Estar atentos al momento es vital para no perderse la oportunidad de ayudar.
La situación que se vive en el momento activa las entrañas que envían un mensaje a la razón para actuar con el corazón, para ayudar de manera inmediata, una intuición que lleva a saltar, a moverse, a ensuciarse por rescatar a alguien.
¿Qué tanto estamos entrenando nuestra forma de observar, de escuchar, de acompañar para saltar y ayudar a quien está en un peligro inminente? ¿Qué tanto estamos siendo capaces de dejarnos mover por el Espíritu del Señor para acudir oportunamente, para llamar o enviar un mensaje a alguien, para visitar a quienes hace mucho no vemos o incluso a quien está a nuestro lado y nos hemos distanciado?
La acción de Andrea ante este instante de peligro recuerda lo que dice San Pablo: “Estén atentos, permanezcan firmes en la fe, sean valerosos y fuertes. Todo lo que hagan, que sea por amor” 1 Cor 16, 13-14, y amar a los demás significa exponer la vida de forma valiente.
A la memoria de los jesuitas asesinados y de todas las personas que han sido asesinadas y desaparecidas en México. Justicia y paz para todos.
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