Ya son diez años de la elección del Papa Francisco
Del Papa Francisco todavía hay mucho que aprovechar.
NADA DE ZOZOBRA, y sí mucha esperanza; nada de miedo, y sí mucha confianza; nada de especulación, y sí sana expectativa para conocer quién sería el próximo Papa: así recuerdo el ambiente que vivimos muchos católicos allá en 2013…
DENTRO Y FUERA de la Iglesia también hubo quien opinó que el nuevo pontífice debería ser un hombre de avanzada, que debería poner orden en tantos lugares, que se necesitaba a un teólogo, que urgía un pastoralista, que fuera afín a los tiempos modernos, que velara por conservar la tradición secular, ¡uf!, necesitaríamos un papa para cada opinante…
YA SON DIEZ AÑOS de la elección del Papa Francisco y a la distancia veo que cada opinión emitida sin duda albergaba su buena dosis de razón o conveniencia (¡qué bueno que podamos convenir!), y hasta tremendas porciones de fantasía (¿un papa extraterrestre?, ¿el fin del mundo?); en el fondo de las cosas descubro que Dios sigue escribiendo como Él quiere y hasta aprovecha los renglones humanos que no siempre son derechitos, limpios y ordenados…
LOS ESQUEMAS Y ESTRUCTURAS con que se eligen a los sucesores de San Pedro son humanos y totalmente perfectibles, no cabe duda, y si en otro tiempo y en tal circunstancia muy concreta se eligió a un nuevo papa por aclamación popular o a mano alzada, no significa que deba volver a ser así; ¡en otro tiempo se iba de pueblo en pueblo a pie y ahora ya tenemos autopistas y aviones!…
LA TECNOLOGÍA NOS PONE en el tremendo riesgo de poder definir características de los hijos como si de un menú gastronómico se tratara; y a veces quisiéramos que eso funcionara para tantos aspectos de nuestra vida familiar o social, y olvidamos que siempre habrá un límite que no está permitido cruzar, que siempre habrá un cauce adecuado por el que debemos avanzar…
DIEZ AÑOS DEL PAPA FRANCISCO y las opiniones, especulaciones y fantasías no cesan: que si va a renunciar, que si algún cardenal dará golpe de Estado, que si la alternancia, que si la democracia, que si intereses oscuros y secretos, ¡puf!; a quienes gustan de mentiritas a medias les seguirá espantando la verdad plena…
Y LA VERDAD ES QUE cada sumo pontífice de la Iglesia siempre traerá su particular modo de ser y de hacer, y desde nuestra fe sana y madura afirmamos que todos son bendición de Dios, que cada uno imprime sus específicas cualidades y cada cual va respondiendo a su misión de conducir a la Iglesia movido por el Espíritu Santo…
HASTA EL DÍA DE HOY nadie me ha preguntado cuál es el punto central y más importante del pontificado actual pero de todos modos doy mi respuesta, y la digo con toda la seguridad: que es y se llama Francisco, que hace y realiza buscando cumplir la voluntad de Dios…
ANTES DE QUE PONGAS cara de sábado-a-la-medianoche, deja que te haga algunas preguntas: ¿por qué queremos que los demás hagan como pensamos si cada uno luego no se atreve a hacer como se debe?, ¿por qué juzgamos que debería ser y hacer como opinamos si en su lugar tal vez rápido acabaríamos equivocados?, ¿por qué el afán de esconder la viga en el ojo propio señalando la paja en el ajeno?…
NO LO CONOCÍ directamente (yo era recién nacido) pero he aprendido mucho de Juan XXIII; nunca estuve delante de Pablo VI (yo era adolescente cuando él falleció) pero me dejo atrevidas enseñanzas; de Juan Pablo I y su brevedad sonriente me sigo aprovechando; de Juan Pablo II no acabo de asombrarme por su arrojo y entrega (cuando estuve delante de él le dije que en México lo esperábamos nuevamente y a los pocos día anunció su siguiente visita); de Benedicto XVI sigo masticando sus escritos y me nutre su humildad; y del Papa Francisco todavía hay mucho que aprovechar…
PONGO EN LA BALANZA los diez años del actual, los treinta y tres días del Papa Luciani, los 26 de Karol Wojtyla, los casi ocho del Papa Ratzinger y cada uno tiene su peso específico, y más allá de los tiempos y los modos, sigo viendo, sintiendo y agradeciendo la mano amable y cálida de Jesús, Buen Pastor, que no abandona nunca a su redil, que nos sigue conduciendo hacia aguas tranquilas y pastos abundantes, que nos da con su cayado para que no caigamos al precipicio…
EN SU MOMENTO el Papa Francisco concluirá su labor, y entonces volveremos a esperar sin zozobras, a confiar sin miedo, a abrir el corazón a Cristo que nos dará un nuevo pontífice, sin especulaciones ni fantasías, sino con entrega y gratitud…
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