La encuesta del INEGI me dejó ojicuadrado
Estoy bien y con ganas de seguir adelante, apoyado por tantas buenas y bellas mujeres que respaldan lo que soy y lo que hago con toda generosidad.
LUEGO DE ABUNDANTE aportación de ideas para esta columna (en la oficina de este semanario son generosos), selecciono algunas que parecen más pertinentes a los lectores y a mí también; cierto que yo no puedo opinar por ellos, pero considero que de casi nada les sirve comentar que un día como hoy se adoptó el sistema métrico decimal, o que hoy es día internacional del consumidor…
DE MAYOR GUSTO y provecho recordar que hace siete años nos alegrábamos con el Papa Francisco (elegido el 13 y comenzando su pontificado el 19, solemnidad de san José); de alegría completa saber que estamos en plena quincena y a la mitad de la Cuaresma; y de creciente gozo saber que ya conocemos más del coronavirus y que a lo largo de la historia hemos superado infinidad de situaciones críticas y no sólo en niveles de salud o de alimentación…
Leer: Mujeres ¡Gracias por estar con nosotros!
ME GUSTARÍA ABORDAR el tema del Evangelio de hoy (Jesús, Agua de Vida), para conocer mejor –de paso- a la Samaritana, pero este tópico lo dejamos a especialistas de páginas siguientes; si me lo permiten, daré una breve continuación a la temática abordada la semana pasada: la presencia y valor de la mujer en todos los ámbitos de la vida humana, y lo haré retomando algunas mujeres de la Biblia, pues el domingo pasado hablamos de Juana de Arco, Mary Ward, Doña Marina, Florence Nightingale y otras más…
LEEMOS EN EL GÉNESIS que Dios tomó iniciativa diciendo: “No es bueno que el hombre esté sólo” y decidió crear a la mujer, pero ¿te imaginas que estando la una frente al otro, ella hubiera dicho: “No, Señor Dios, prefiero hacer huelga y esconderme, y ya que me hiciste libre pues optaré por un jardín para mí solita”?; por supuesto: no te lo imagines…
LA REINA ESTHER, con todo y su origen judío fue la esposa de Asuero, rey de Persia, y ante la riesgosa situación de sus paisanos decidió jugarse el pellejo (y conste que no era cualquier “pellejo” pues su belleza fue exaltada por unos y otros) hasta alcanzar la libertad y la posibilidad de acabar con el destierro, pero ¿te imaginas que se hubiera quedado ensimismada en su hermosura y en la comodidad del palacio argumentado su dignidad, sus derechos, su integridad y hasta la defensa de su riqueza y su futuro?; no, no te lo imagines…
SARA Y AGAR, con todo y que les podamos llamar “rivales” ante Abraham, jugaron papel crucial como esposas y madres; lo mismo Rebeca –esposa de Isaac- que con astucia e ingenio lanzó a su hijo Jacob a tomar el liderazgo; lo propio hizo Raquel con los varios hijos que llegaron a ser cabeza de las tribus de Israel…
LA LISTA DE MUJERES sigue y ni su condición de extranjeras (Ruth, nuera de Nohemí) de prostitutas (Rahab que apoyó a los exploradores de Jericó), o de viudas (Judith, que se arriesgó ante Holofernes y terminó dando libertad a su pueblo), les dejó al margen de la historia de la salvación; mencionemos a Miriam, hermana de Moisés, que entonó el cántico de liberación cuando salieron de Egipto, y a Déborah profetisa y juez que logró la paz para su pueblo por más de cuarenta años, y Ana, madre de Samuel, que le supo encauzar por camino del Señor…
FUE LA PRESENCIA Y LA ACCIÓN, no la ausencia ni la evasión, no la protesta o el enconamiento, lo que llevó a todas la damas mencionadas a ser protagonistas de la historia, y todo desde su condición de mujeres, de esposas, madres, hijas, hermanas, sin renunciar a su feminidad, a su maternidad, y menos al supuesto rol “secundario” conque luego queremos minimizar su misión…
EN EL EVANGELIO encontramos –entre otras- a la Samaritana, a la siro-fenicia, e incluso a la “pecadora” que fue acusada ante Jesús, y todas mantuvieron su altura, su dignidad, su calidad femenina y –finalmente- nos dieron pauta para saber responder a la situación adversa: ¡su ingenio y atrevimiento, su destreza y capacidad son ahora ejemplo contundente para hombres y mujeres, para jóvenes y no tan jóvenes!…
LA ENCUESTA DEL INEGI en el censo 2020, me dejó ojicuadrado, boquiabierto y casi patidifuso, pues luego de preguntar mi edad, el resto del cuestionario giró en torno al estado de mi salud: que si camino bien, que si veo bien, que si oigo bien, que si como bien, que si duermo bien; a todos les puedo responder lo mismo: estoy bien y con ganas de seguir adelante, apoyado por tantas buenas y bellas mujeres que respaldan lo que soy y lo que hago con toda generosidad, con toda ternura y con toda determinación…