¿Se puede ser feminista y católica? 4 pensadoras que combinan la fe y la lucha por la igualdad

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COLUMNA

Ángelus Dominical

La encuesta del INEGI me dejó ojicuadrado

Estoy bien y con ganas de seguir adelante, apoyado por tantas buenas y bellas mujeres que respaldan lo que soy y lo que hago con toda generosidad.

15 marzo, 2020
La encuesta del INEGI me dejó ojicuadrado
Angelus Dominical.

LUEGO DE ABUNDANTE aportación de ideas para esta columna (en la oficina de este semanario son generosos), selecciono algunas que parecen más pertinentes a los lectores y a mí también; cierto que yo no puedo opinar por ellos, pero considero que de casi nada les sirve comentar que un día como hoy se adoptó el sistema métrico decimal, o que hoy es día internacional del consumidor…

DE MAYOR GUSTO y provecho recordar que hace siete años nos alegrábamos con el Papa Francisco (elegido el 13 y comenzando su pontificado el 19, solemnidad de san José); de alegría completa saber que estamos en plena quincena y a la mitad de la Cuaresma; y de creciente gozo saber que ya conocemos más del coronavirus y que a lo largo de la historia hemos superado infinidad de situaciones críticas y no sólo en niveles de salud o de alimentación…

Leer: Mujeres ¡Gracias por estar con nosotros!

ME GUSTARÍA ABORDAR el tema del Evangelio de hoy (Jesús, Agua de Vida), para conocer mejor –de paso- a la Samaritana, pero este tópico lo dejamos a especialistas de páginas siguientes; si me lo permiten, daré una breve continuación a la temática abordada la semana pasada: la presencia y valor de la mujer en todos los ámbitos de la vida humana, y lo haré retomando algunas mujeres de la Biblia, pues el domingo pasado hablamos de Juana de Arco, Mary Ward, Doña Marina, Florence Nightingale y otras más…

LEEMOS EN EL GÉNESIS que Dios tomó iniciativa diciendo: “No es bueno que el hombre esté sólo” y decidió crear a la mujer, pero ¿te imaginas que estando la una frente al otro, ella hubiera dicho: “No, Señor Dios, prefiero hacer huelga y esconderme, y ya que me hiciste libre pues optaré por un jardín para mí solita”?; por supuesto: no te lo imagines…

LA REINA ESTHER, con todo y su origen judío fue la esposa de Asuero, rey de Persia, y ante la riesgosa situación de sus paisanos decidió jugarse el pellejo (y conste que no era cualquier “pellejo” pues su belleza fue exaltada por unos y otros) hasta alcanzar la libertad y la posibilidad de acabar con el destierro, pero ¿te imaginas que se hubiera quedado ensimismada en su hermosura y en la comodidad del palacio argumentado su dignidad, sus derechos, su integridad y hasta la defensa de su riqueza y su futuro?; no, no te lo imagines…

SARA Y AGAR, con todo y que les podamos llamar “rivales” ante Abraham, jugaron papel crucial como esposas y madres; lo mismo Rebeca –esposa de Isaac- que con astucia e ingenio lanzó a su hijo Jacob a tomar el liderazgo; lo propio hizo Raquel con los varios hijos que llegaron a ser cabeza de las tribus de Israel…

LA LISTA DE MUJERES sigue y ni su condición de extranjeras (Ruth, nuera de Nohemí) de prostitutas (Rahab que apoyó a los exploradores de Jericó), o de viudas (Judith, que se arriesgó ante Holofernes y terminó dando libertad a su pueblo), les dejó al margen de la historia de la salvación; mencionemos a Miriam, hermana de Moisés, que entonó el cántico de liberación cuando salieron de Egipto, y a Déborah profetisa y juez que logró la paz para su pueblo por más de cuarenta años, y Ana, madre de Samuel, que le supo encauzar por camino del Señor…

FUE LA PRESENCIA Y LA ACCIÓN, no la ausencia ni la evasión, no la protesta o el enconamiento, lo que llevó a todas la damas mencionadas a ser protagonistas de la historia, y todo desde su condición de mujeres, de esposas, madres, hijas, hermanas, sin renunciar a su feminidad, a su maternidad, y menos al supuesto rol “secundario” conque luego queremos minimizar su misión…

EN EL EVANGELIO encontramos –entre otras- a la Samaritana, a la siro-fenicia, e incluso a la “pecadora” que fue acusada ante Jesús, y todas mantuvieron su altura, su dignidad, su calidad femenina y –finalmente- nos dieron pauta para saber responder a la situación adversa: ¡su ingenio y atrevimiento, su destreza y capacidad son ahora ejemplo contundente para hombres y mujeres, para jóvenes y no tan jóvenes!…

LA ENCUESTA DEL INEGI en el censo 2020, me dejó ojicuadrado, boquiabierto y casi patidifuso, pues luego de preguntar mi edad, el resto del cuestionario giró en torno al estado de mi salud: que si camino bien, que si veo bien, que si oigo bien, que si como bien, que si duermo bien; a todos les puedo responder lo mismo: estoy bien y con ganas de seguir adelante, apoyado por tantas buenas y bellas mujeres que respaldan lo que soy y lo que hago con toda generosidad, con toda ternura y con toda determinación…