¿Cómo se manifiesta la Santísima Trinidad en el Evangelio de hoy?

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COLUMNA

Ángelus Dominical

La celebración de concilios

Dios seguirá al pendiente de nosotros –sus hijos- para que de una u otra manera volvamos a encender luces, retomemos caminos de paz

14 junio, 2025

NO TENGO LA MENOR DUDA: si los habitantes de este planeta nos propusiéramos complicarnos la vida, no alcanzaríamos grados de tanta magnitud como los que logramos sin propósito expreso, y aunque no deseo abordar circunstancias actuales, lo haré luego de cerrar con dos datos lo que venía hablando del Concilio de Nicea, aquél del año 325… SE NOS ANTOJA PENSAR que los acontecimientos históricos se van dando con la tersura y lógica conque los abordamos en una clase común y corriente: Cristóbal Colón zarpó con tres carabelas del Puerto de Palos y llegó a América el 12 de octubre de 1492, así de fácil y rápido; pero la historia humana no es otra cosa sino el jaloneo y tirantez de unos, y otros, y aquellos, y los de más allá, y sazonado con todo lo impredecible e imprevisible del mismo corazón humano… QUE EN EL CONCILIO DE NICEA se haya condenado la herejía arriana y se haya definido la doble naturaleza de Jesús (verdadero Dios y verdadero hombre), y que los obispos hayan regresado a sus diócesis luego de firmar los cánones establecidos, no significa que todo haya avanzado en la suavidad y cordura que mal imaginamos: fueron años y años de dimes y diretes, de discusiones y litigios, de ecos controversiales y hasta destierros inesperados… HE AQUÍ EL PRIMERO de los dos datos que anuncié: fueron necesarios muchos años para dar a conocer el resultado del concilio a todo el orbe cristiano, y se sucedieron tensiones y conflictos que se quedan en la sombra del olvido: como si te dijera que luego de cualquier parto se deja atrás el dolor y la angustia por la presencia de una nueva criatura… LA CELEBRACIÓN DE CONCILIOS (o sínodos) ya era habitual en el año 325 y se realizaba por regiones o provincias, de ahí que la categoría del realizado en Nicea y que se llama “ecuménico”, tenga la intención de abarcar la totalidad de la Iglesia (en efecto, ecuménico tiene su primer significado como “universal”, para todo el orbe), de ahí su importancia a todo nivel: teológico, disciplinar, pastoral… POR SUPUESTO QUE por diversas regiones y por diversos motivos se siguieron realizando decenas y cientos de concilios (provinciales, regionales, nacionales) a lo largo de los veinte siglo que lleva la Iglesia, pero solo veintiuno tienen la categoría de “ecuménicos”, y sus resultados, por supuesto, tienen vigencia para la Iglesia toda; este es el segundo dato que quería subrayar… REGRESO AL SIGLO XXI y enfoco algunas situaciones actuales que desdicen nuestra más elemental racionalidad: estamos en capacidad de abordar científicamente nuestro entorno y sigue prevaleciendo mucha superstición e ignorancia, tenemos los medios para producir alimentos suficientes (y hasta de sobra) para todo el planeta y seguimos con hambrunas más que escandalosas, hemos llegado a capacidades de promover y alcanzar niveles de salud pública con facilidad y la realidad es que muchos siguen muriendo de enfermedades que podríamos decir “elementales”… CON LO ANTERIOR ilustro mi afirmación inicial: que si hiciéramos competencia para complicarnos la vida, tal vez el resultado sería menos terrible que el que vemos por doquier: guerras, carestías, persecuciones, abusos de todo tipo, injusticias flagrantes, exaltación de miserias, promoción de vicios, normalización de la violencia, inmediatez de crímenes, descaros y vulgaridades, ¡uf!, como si la cochinada fuera meritoria… TE PIDO PERDÓN, atento y amable lector, si te estoy amargando este precioso domingo lluvioso, pero no quiero terminar sin constatar que hay algo súper especial que nos ha librado de ser nuestros propios victimarios: es el Espíritu de Dios, su presencia en medio de nosotros, lo que nos ha librado de haber acabado en la nada desde hace ya tantos siglos… EN EFECTO, DEJADOS a nuestro propio impulso soberbio, egoísta y predador, ya desde cuando nos habríamos autoaniquilado como especie humana; de ahí que la violencia de todo tipo que se ha desatado en los últimos días ciertamente me espanta –como a ti- pero no quita la esperanza: Dios está por encima de lo poco e inútil que somos, y Él nos hará recapacitar para componer el camino… PUES NO DESEABA yo abordar los males de siempre, pero lo he hecho con la clara intención de subrayar que Dios seguirá al pendiente de nosotros –sus hijos- para que de una u otra manera volvamos a encender luces, retomemos caminos de paz, restauremos puentes de diálogo; así que no te quedes pesimista ni acongojado, más bien pongamos manos a la obra, que Dios está de nuestra parte para que dejemos atrás el mal…