Evangelio y lecturas de la Misa del IV Domingo de Adviento 2024

Leer más
COLUMNA

Ángelus Dominical

Con extremo cuidado

Este Adviento Especial -como todos- tendrá la particularidad de concluir con el inicio del Jubileo Ordinario del año 2025

29 noviembre, 2024

HOY INICIA DICIEMBRE y con él también el Adviento: cuatro domingos previos al día 25 en que nos alegramos con el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios; oportunidad -siempre- para pensar en nuestra propia gestación, en la espera que toda madre ha de vivir a pesar de retos y riesgos, de peligros e incertidumbres, pero también de alegrías y bellas esperanzas… JOSÉ Y MARÍA SON MUESTRA de lo que vive cada pareja humana, ya vistos como cónyuges o como generadores de una nueva vida, pues lo que vivieron y platicaron, lo que pensaron y sintieron, lo que dudaban y anhelaban, finalmente se vería recompensado en aquel infante nacido de un vientre bendito, como todos… ¿COMO TODOS?, SÍ, y permítaseme insistir: todo vientre es bendito porque está destinado a dar la vida, vida humana, vida proyectada por Dios, vida en favor de la Vida, vida destinada a la entrega y el servicio, a la donación y al amor… DIFERENCIA CRUCIAL es la existente entre la generación de cualquier animal (destinada a perpetuar una especie) y la generación humana, que con todo y el riesgo de que el pecado nos aparte de Dios, cabe en su horizonte -¡bendita providencia divina!- la bella posibilidad de reproducir la grandeza y belleza de Dios, pues Él mismo nos ha creado a su imagen y semejanza… SI EL HOMO SAPIENS fuera sólo uno más en el concierto de la vida animal, pues no pasaría de ser animal, pero el Creador del cielo y de la tierra quiso ponernos como sus lugartenientes, colaboradores en suyos en su creación, cooperadores y continuadores del bello trabajo de sus manos… DE AHÍ INFERIMOS que cuanto hace el hombre, está destinado a proclamar la grandeza de su hacedor: ciencia y arte, progreso tecnológico y desarrollo social, descubrimientos e invenciones, honrosos atrevimientos y respetuosos experimentos; me atreveré a decir que Dios mismo se asombra de lo que es capaz su creatura (¡ups!) al punto que se goza divinamente de sus logros y siente pena -muy humana- de sus fracasos… CON EXTREMO CUIDADO hemos de hablar siempre de Dios porque corremos el riesgo de calcar en Él nuestras miserias, como cuando en el libro del Génesis (6, 6-7) se dice que “se arrepintió de haber creado al hombre” y decide enviar el diluvio, o como cuando Dios -muy enojado- decide destruir Sodoma como consecuencia de su enojo (Gén 19); ciertamente Él está más allá de la volubilidad de nuestras emociones, y tales modos de hablar son para entenderlo mejor, y no porque sea como nosotros… ESTE ADVIENTO ESPECIAL -como todos- tendrá la particularidad de concluir con el inicio del Jubileo Ordinario del año 2025; y sólo te remito a tanta y tan atinada información al respecto, y animándote a estar prevenido por las mayores tantas y tan falsas alteraciones que circulan como si fuera competencia para ver quién dice la más grande falsedad… ¿CÓMO DISTINGUIR UNA BUENA de una mala noticia?, ¿una información correcta de aquella que está sesgada?; la respuesta que te daré es indicativa, no decisiva, y casi siempre me da buen resultado: si la tal noticia -a pesar de ser difícil- te roba la paz, ciertamente ha de ser tan mala como falsa, si alguna noticia o información circula sólo para fomentar la división y evidenciar los males, ¡no pasará de ser mala!… EL EVANGELIO SIEMPRE será “Buena Noticia” y si acaso provoca un dolor, éste ha de ser curativo, ni punitivo ni vengativo ¡y menos destructivo!; el Evangelio y -por extensión- toda noticia que se precie de valiosa, ha de estar orientada al crecimiento y búsqueda del bien, y no para extender el escándalo, para destruir lo construido, ni para hacerle juego al Acusador (al diablo, pues)… EL CIELO (PA´PRONTO) es el fuego sabroso de la presencia de Dios -Evangelio Total, digamos-; por su parte, el purgatorio es el “fuego purificador” -Evangelio en crecimiento, digamos- que nos dispone a llegar a Dios, y la diferencia con el infierno -cero Evangelio- es que éste último es “fuego de castigo” sin modo de sanación, como las malas y falsas noticias…