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COLUMNA

Ángelus Dominical

Ángelus: identifica la basura y el desorden

Identifica la basura y el desorden que hay a tu alrededor, y entonces aprende a separar, escoger y ordenar.

23 junio, 2019
Ángelus: identifica la basura y el desorden
Angelus Dominical.

LOS VI DE LEJOS  y me sorprendió la dedicación con que separaban y ordenaban la basura resultante de la popular comida festiva, no eran pepenadores ni asalariados, tampoco eran gente común ni corriente, y su dignidad y calidad humana la constaté luego de acercarme, de preguntarles su nombre y saber su origen michoacano, sin ningún parentesco entre ellos pero con el afán de separar ecológicamente platos, vasos, servilletas, huesos de pollo (¡el mole estuvo re-bueno!) y demás residuos; así pues felicité con todo gusto a Edelmira y Gerardo…

SI FUERON MIL los comensales o si fueron menos (tal vez 984) poco importa, de cualquier modo toda actividad humana genera basura que no siempre se degrada y recicla al ritmo de la naturaleza, pues los procesos industriales y las tecnologías que utilizamos, aunado a la poca responsabilidad que tenemos ante los desechos, hace que tengamos nuestros mares y campos peor que pocilga de sicarios…

LA RUTINA CITADINA y suburbana, así como cualquier otra actividad, genera escoria y residuos inevitables; y quiero referirme no sólo a plásticos y escombros materiales, sino también a envidias y discordias, enemistades y venganzas, crímenes, atrocidades, crueldades, abusos, injusticias, epidemias, depravaciones (y ya no le sigo que no me alcanzaría la página); ante tanta basura seguimos necesitando muchos Gerardos y Edelmiras que separen y ordenen, que pongan lo reciclable por un lado y lo destructible por otro, que le quiten a los desechos lo estorboso y que procuren tener el ambiente limpio y que la fiesta siga en paz…

LAS CANAS Y ARRUGAS de estos felices personajes no eran obstáculo para el servicio alegre y desinteresado que daban, su sonrisa era franca y libre, como pájaros de incansable vuelo; en sus ojos brillaba un futuro cierto que disfrutarán desde el cielo y que ya están heredando sin haber muerto aún; pudieron haber sido indiferentes y alejarse de la basura pero no les importó ensuciarse las manos -¡y eran invitados, ni siquiera organizadores!-; quisieron poner su granito de arena para dejar menor huella ambiental…

ME QUITO EL SOMBRERO -y pongo la mano sobre el corazón- para agradecer a Norelia Hernández y a su gran familia (¡no está sola!) que también supo separar y ordenar la basura social y mediática generada en el secuestro y asesinato de su hijo Norberto; sus palabras y gestos nos abren un horizonte luminoso, nos devuelven la paz y la esperanza, nos muestran las bellas capacidades del corazón fortalecido por la fe; y subrayo que su proceder merece la imitación y no un simple reconocimiento público y político, y vuelvo a subrayar que los responsables de impartir justicia ahí tienen una enorme deuda, y los que tenemos obligación de educar ahí tenemos excelente parámetro, y las familias enteras ahí podemos descubrir un excelente camino de unidad y fortaleza…

LACRAS Y MISERIAS siempre -¡siempre!- las tendremos, y quien prometa acabar con el mal de este mundo nos estará engañando, como quien ofrece un mundo feliz, una isla de fantasía, un era paradisíaca en donde todo esté ordenado, medido, en su punto, a pedir de boca, color de rosa, sin altibajos, sin riesgo, sin pena, sin dolor; y -¡abusados!- Jesús pidió a su Padre que nos librara del mal, no que nos sacara de este mundo (Jn 17, 15), y hay que decir que la salvación que nos da está lejos de ser una vitrina o cápsula protectora, más bien es una fuerza transformadora, es una luz que vence a las tinieblas…

SEGUIRÁN APARECIENDO hechos y situaciones lamentables, difíciles, y hemos de estar atentos para enfrentar todo trance y combate muy firmes en la roca, rechazando las ofertas facilonas y más bien poniendo la mirada hacia lo profundo y real; ¿te acuerdas que aquel ladrón crucificado que desafió a Jesús retándolo a salvarse a sí mismo y a salvarlo también a él? (Lc 23, 39), pues que Dios nos libre de exigirle y reclamarle, de pedirle cuentas cuando más bien hemos de velar unos por otros…

BAJEMOS AL PROPIO nivel y te invito para que identifiques la basura y el desorden que hay a tu alrededor, y entonces aprópiate de las cualidades de Edelmira y Gerardo para separar, escoger, para ordenar y poner en su lugar cada cosa, cada circunstancia, cada situación difícil y entonces poder manejarla; si es rencor, a la basura; si es perdón, ofrécelo; si es injusticia, denúnciala; si es solidaridad, participa; si es indiferencia, recházala; si es gratitud, multiplícala; si es chanchuyo, no aceptes (¡exacto: se escribe “chanchullo”); si es reciclable, recíclalo; si es contaminante, elimínalo pero debidamente…

POR AHORA TERMINO agradeciendo a tantas personas que me han hecho bien, a tantos que me han corregido o alentado; agradezco a quienes se han animado a construir conmigo y a quienes me han permitido servirles; agradezco y valoro -¡también!- tanto y tanto bien aunque no sea yo su destinatario, que finalmente todo lo bueno viene de Dios y a Él nos ayuda a volver…

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