Ángelus dominical: No te tragues los rumores
La super zarandeada que nos ha dado la pandemia ha dejado una macrosensación de hipertensión apocalíptica.
CON PRISA -Y MUCHA- esta columna dará cuenta de tres notas que te asombrarán; pero antes deja que me ponga un poco en calma para decirte que se dieron cita tres palabras -en realidad son prefijos- para ver quién de las tres ganaba en popularidad: tales palabras fueron Hiper, Super y Ultra…
PERO LOS CHISMES y noticias falsas corren más aprisa que las noticias buenas, y en cuanto otros tres prefijos supieron de la reunión (estamos hablando de Apo, Hipo y Peri) también concertaron reunión para competencia similar…
TE HAGO SABER que yo no supe más -ni me interesa- acerca de tales encuentros, por la sencilla razón de que lo exagerado, lo escondido, lo sospechoso, lo tremendista, lo precipitado y lo infundado son elementos que deberían estar fuera de todo diálogo sincero y honesto, así como de la política, la ciencia o la religión, por decir lo menos (o por decir lo más, que para el caso es lo mismo)…
SI DOS O MÁS JUEGAN y se atienen a las reglas y objetivos del juego, sin duda serán bienvenidas algunas exageraciones, o tretas escondidas, o estrategias veladas, o porras llamativas, o acciones imprevistas y hasta patadas de ahogado para lograr el triunfo, pero no iremos más allá del juego…
“¡CASI ME AHORCAN la mula de seis!”, podrá decir un jugador sin ni siquiera tener tal ficha, pero lo tremendo le sirve como treta para despistar al contrincante; “¡Árbitro ciego!, ¿pues qué no ves?”, clamará la afición y el de negro seguirá sus pasos sin inmutarse, pues la exageración nació al calor de la emoción; “¿Te fijaste que va muy de prisa?, seguramente va a recibir herencia”, y resulta que al pobre ya le andaba de las aguas, así que el comentario fue del todo infundado…
EN EL DÍA A DÍA y en cuestiones cercanas, solemos ser exagerados y tremendistas con quien tenemos confianza y hasta resulta divertido, pero llevar a lugares serios y profundos tales modos, puede resultar contraproducente; ni se te ocurra hablar así con el médico, el abogado o con el juez, pues ahí debe lucir la objetividad y la transparencia…
HAGO RÁPIDO REPASO de palabras y acciones de Jesús en los evangelios, y caigo en la cuenta de la exageración de sus parábolas, de lo escondido o velado de muchas de sus afirmaciones, así como la fuerza de sus acusaciones a escribas y fariseos: cuando Jesús les dice a sus discípulos que le den de comer a aquella multitud, por supuesto que tiene otra intención que la mera exageración, o cuando dice que es necesario perdonar setenta veces siete es muy claro que se trata de un modo popular de decir “siempre”…
VOLVAMOS A REVISAR cualquier noticiero, cualquier periódico de cualquier tendencia y si le exprimimos la nota roja, o los espectáculos, o la sección deportiva, o -tantito peor- la sección de política, seguramente escurrirán términos, frases y hasta grandes reportajes cargados de tintas; o si le echamos un ojo a las redes sociales seguro que se enlagañará con la sarta de ultras, retros, macros, extras, neos, hiper-, super-, apo-, peri-, y otro tanto de prefijos con los que pretendemos hipnotizar al lector…
LA SUPER ZARANDEADA que nos ha dado la pandemia ha dejado una macrosensación de hipertensión apocalíptica en toda la periferia de neoliberales, de ultraconservadores, de extrafifís y de hipochairos, misma que nos ha sobreexpuesto a las submarinas pretensiones hipotéticas de apócrifas voluntades de inframundos prolíficos (¡ah, caramba!, ¿verdad que está impresionante?)…
Y PARA RECUPERAR seriedad, vuelvo a recomendarte que no te tragues sin más los rumores de que la vacuna para el coronavirus es en realidad un evidente intento del “nuevo orden mundial” que blá, blá, bla ́; ni te enroles en discursos de que el fin del mundo ya está agendado para antes de diciembre próximo y blá, blá, blá; ni te hagas bolas con que todo esto ya estaba escrito en la Biblia y en los escritos de Nostradamus y blá, blá, blá; ni bajes la guardia ante la prevención de contagio porque el bichito no está ni estará domado jamás…
NO RECUERDO SI YA te había dicho lo siguiente, pero de todos te lo repito: uno de los grandes problemas en tiempos de crisis -como estos del coronavirus- no es que haya tantos merolicos de feria, charlatanes conspiracionistas, azuzadores de desgracias, políticos mesiánicos o predicadores de fantasías; el problema auténtico es que hay tantos (y más tontos) que les siguen porque no se atreven a tener una fe iluminada por la razón, una esperanza firme que no se cierra a la fragilidad y una caridad a prueba de calamidades…
YA PARA TERMINAR, te enlisto las tres notas que te dejarán con asombro ojicuadrado, con ánimo alifrenético y ansias paticaídas: 1) el que llegue a Marte te dará muchas sorpresas, y si tu llegas a Mar a quien llegue a Marte, será todavía mejor; 2) el coronavirus no se irá a ningún otro planeta, más bien quedará en tu casa y deberás aprender a convivir con él teniendo a raya con mejores hábitos de higiene y alimentación; y 3) ya no hallanqué inventar: ¡crepa en nogada es la nueva moda!, si la pruebas, atente a las consegüencias, porque si está enogada -¡huy!- ni para qué pedirla…El problema auténtico es que hay tantos que no se atreven a tener una fe iluminada por la razón, una esperanza firme que no se cierra a la fragilidad y una caridad a prueba de calamidades.
Chismes – pandemia – noticieros – redes sociales
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