Test: ¿Qué tan buena es tu habilidad de escucha? Haz este examen de conciencia
La escucha efectiva será una herramienta muy poderosa en tu ámbito social y familiar, al fortalecer sustancialmente el vínculo que te une a las personas que te rodean.
En el artículo anterior: “Aprende a escuchar como lo hace María”, mencionamos una cita del Papa Francisco sobre la escucha: “Escuchar es darle importancia al otro” y partiendo de esta premisa, creemos necesario llevar a la práctica algunas de las ideas que planteamos como claves para mejorar nuestras relaciones a partir de la escucha.
Es así que hemos desarrollado una auto evaluación para que nuestros lectores definan su nivel de avance y sus principales áreas de oportunidad.
Te invitamos a que tengas estos puntos a la mano y cada semana (o el tiempo que te parezca más conveniente) hagas un breve examen de consciencia en el que realmente evalúes que tanto empeño has puesto al desarrollo de tus competencias de la escucha.
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Lo anterior te ayudará no sólo en el plano espiritual, acercándote más a Dios al entender que una escucha honesta y efectiva es un acto de amor y caridad muy profundo, capaz de cambiarle la vida a una persona y a ti mismo.
Además, la escucha efectiva será una herramienta muy poderosa en tu ámbito social y familiar, al fortalecer sustancialmente el vínculo que te une a las personas que te rodean.
Y, por último, pero no menos importante, no podemos olvidarnos del beneficio que la escucha nos reporta en el ámbito profesional. Las personas que saben escuchar son capaces de detectar con mayor precisión y velocidad las verdaderas necesidades de sus clientes, líderes, y compañeros de trabajo, logrando resolver problemas y evitar conflictos que pueden hacer la diferencia en sus objetivos laborales.
Aunque parezca que la escucha es un regalo para los demás (lo cual sí es) al brindarles nuestro interés y tiempo, es aún más un verdadero don que nos beneficia principalmente a nosotros mismos, ya que a partir de la escucha del otro nos enriquecemos con su verdad, sumamos su visión a la nuestra y hay un crecimiento inminente.
No dejes escapar la oportunidad de mejorar tus relaciones y aprender todo aquello que la perspectiva de los demás te puede brindar. A continuación, te dejamos un cuestionario que te servirá como guía práctica para evaluar tu escucha:
1. Rectitud de intención: ¿realmente mostré un interés genuino por lo que la otra persona me planteó?
La escucha tiene como principal virtud la humildad y voluntad por brindarte al otro. Analiza si no estás escuchando desde la soberbia para que los demás te reconozcan como alguien bueno e interesado por el bienestar de los demás.
2. Libre de juicios: ¿fui capaz de escuchar sin etiquetar las acciones, comportamientos y características del otro?
Los juicios pueden ser un filtro sumamente dañino que nos impide entender la esencia de la conversación y nos llevan a encasillar al otro en nuestras propias opiniones, sin darnos la oportunidad de verlo desde el respeto a las diferencias y aprender de las mismas.
3. Escucha desde el corazón: ¿logré ponerme en sus zapatos y entender su inquietud más allá de las palabras?
Muchas veces repetimos lo que el otro nos dice como una grabadora y es nuestra defensa ante el reclamo de que no lo escuchamos, sin embargo, captar las palabras del otro y ser capaces de reproducirlas no es, en absoluto, saber escuchar, sino memorizar desde nuestras habilidades cognitivas. Escuchar desde el corazón es entender lo que le duele al otro, sus inquietudes, temores, emociones y necesidades.
4. Acompañamiento activo: ¿mostré curiosidad sincera a través de preguntas que le ayudarán a obtener sus propias respuestas?
En muchas ocasiones, tomamos el rol de sabios consultores, creyendo que necesitamos dar asesoría y consejo a los demás y hacemos preguntas solo para reconfirmar nuestras propias hipótesis y opiniones sobre lo que nos plantean.
La verdadera escucha busca acompañar desde la curiosidad genuina, sabiendo que el único responsable de resolver el caso es el dueño del problema.
5. Mirada en mí mismo: ¿qué aprendizajes me llevo para mí?
En el acto de la escucha podemos descubrir mucho de nosotros, al final las conversaciones con los demás suelen ser el mejor espejo en el que se reflejan nuestros propios miedos, inquietudes, juicios, creencias y emociones que nos remontan a nuestra historia personal.
La idea de la escucha activa es que ambas partes se vayan mejor de lo que llegaron. Es decir que el emisor sea capaz de descubrir nuevos caminos a partir de lo que platica y que el receptor también sea capaz de aprender nuevas perspectivas a partir de la mirada del otro.
La escucha es un camino de doble sentido, cuando escuchamos a los demás, también nos sentimos merecedores de ser escuchados, pues estamos bien familiarizados con este acto y nos es más sencillo confiar y abrirnos para sentirnos también importantes para los demás.
“El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado”. Proverbios 11, 25