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Test: ¿Corregir con caridad o sin piedad? Descubre quién eres

Corregir con caridad es acompañar al otro con amor y paciencia; hacerlo sin piedad es juzgar y humillar. Tú, ¿quién eres?

18 agosto, 2025
Test: ¿Corregir con caridad o sin piedad? Descubre quién eres
La verdadera corrección nace de un corazón que desea la salvación del otro tanto como la propia. Foto: Eduardo Galicia

Todos hemos corregido alguna vez a un amigo, un familiar o un compañero de trabajo. Jesús nos enseñó a hacerlo con amor, pero a menudo nuestras palabras, lejos de orientar, terminan juzgando o humillando. ¿Corregimos con caridad o sin piedad? La manera en que lo hacemos revela quiénes somos en verdad.

La caridad que guía nuestra corrección implica prudencia y la búsqueda del momento oportuno. Como señala el Evangelio, hay ocasiones en las que es necesario confrontar a un hermano que ha cometido un pecado grave, pero esto debe hacerse siempre con amor y discreción, primero en privado y, si es necesario, con testigos, siempre con la intención de buscar su salvación.

Corregir fraternalmente es ofrecer ayuda para crecer y caminar juntos, no resaltar los defectos o fallas del otro. Es un acto de caridad que busca el bien del hermano, guiado por la verdad y el amor. La verdadera corrección nace de un corazón que desea la salvación del otro tanto como la propia, y que se esfuerza por acompañarlo con respeto, paciencia y comprensión.

¿Por qué corregir con caridad?

No se trata de criticar por criticar ni de señalar con dureza, sino de encontrar el momento adecuado, pedir la guía del Espíritu Santo y usar palabras correctas surgidas del corazón, sin amenazas ni temores, con preocupación sincera y, sobre todo, con el ejemplo propio.

La corrección no es solo un acto hacia el otro; también es un llamado a nuestra propia salvación. Como nos enseña el Evangelio: cuando dos o tres se reúnen en el nombre del Señor, todo lo que pidan será concedido. Antes de corregir, debemos ponernos en la mentalidad del otro, buscar comprender su situación y expresarnos de manera que ayude y fortalezca.

Test: ¿Corriges con caridad o juzgas sin piedad?

1. Cuando notas que alguien cercano ha cometido un error grave, tu primer impulso es:
a) Buscar un momento privado para hablar con él y entender la situación.
b) Señalar inmediatamente su error frente a otros para que aprenda.
c) Ignorar el error, no quiero involucrarme.

2. Antes de corregir a alguien, sueles:
a) Pedir guía al Espíritu Santo y reflexionar sobre cómo expresarlo con amor.
b) Decidir rápido lo que hay que decir, pensando que así será más efectivo.
c) No pensar mucho, hablo según lo que siento en el momento.

3. Tu objetivo al corregir a alguien es:
a) Su crecimiento, acompañándolo en el proceso.
b) Que reconozca su error y cambie de inmediato.
c) Sentirme satisfecho de que se dé cuenta de su fallo.

4. Cuando corriges, tus palabras suelen ser:
a) Suaves, sinceras, centradas en ayudar y fortalecer.
b) Firmes y directas, aunque puedan causar incomodidad.
c) Críticas o irónicas, para que la persona vea la gravedad de su error.

5. Si la persona no cambia después de tu corrección:
a) Buscas apoyo de la comunidad o de testigos, siempre con caridad.
b) Te frustras y pierdes paciencia, pensando que “no entiende”.
c) Te alejas o lo criticas más abiertamente.

6. Al corregir, tu motivación principal es:
a) Su bienestar espiritual y el tuyo propio, buscando la salvación de ambos.
b) Defender tus principios y que se cumpla la regla o norma.
c) Evitar que otros cometan los mismos errores o que la situación te afecte.

Resultados:

  • Mayoría A: Corriges con caridad y prudencia. Buscas el momento adecuado, usas palabras desde el corazón y tu intención es ayudar a crecer, no humillar. Tu corrección fortalece relaciones y refleja el amor de Cristo.
  • Mayoría B: Corriges con firmeza, pero con riesgo de juzgar. Tus palabras son directas y efectivas, pero podrían herir si no equilibras con caridad y empatía. Reflexiona sobre cómo acercarte con más paciencia y comprensión.
  • Mayoría C: Corriges más desde el juicio que desde la caridad. Es probable que tu corrección se perciba como crítica o condena. El desafío es acompañar con amor y buscar el bien del otro antes que demostrar quién tiene razón.


Autor

Editora web de Desde la fe. Licenciada en Comunicación en Imagen por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y Mtra. en Comunicación para la Acción Política y Social por la Universidad Simón Bolívar México (USB México).