¿Quién fue san Peregrino Laziosi, patrono de los enfermos de cáncer?
En el siglo XIII, una bofetada que propinó al dirigente de la Orden de los Servitas, llevó al joven Peregrino a un proceso de conversión.
En 1281, fue electo el Papa Martín IV; como era de origen francés, por miedo a que Roma no lo aceptara por su nacionalidad, estableció su pontificado en la ciudad italiana de Viterbo, donde fue coronado. Eran tiempos difíciles para la Iglesia. En ese entonces, un joven llamado Peregrino Laziosi, que había nacido en la ciudad de Forti entre 1265 y 1266, estaba entre los opositores al Papa, y durante los enfrentamientos conoció a Felipe Benicio, dirigente de la Orden de los Servitas, a quien sin piedad ni respeto abofeteó cuándo éste visitó la ciudad.
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Unos 50 años atrás, La Orden de los Servitas había nacido como una organización de nobles en Florencia, y los integrantes de este Instituto de Derecho Pontificio eran conocidos como Siervos de María. Éstos estaban dedicados a la veneración de la Virgen, adoptando un hábito negro y la Regla de San Agustín.
Después de aquella cachetada, que era tan humillante para un religioso -al punto en que se podía caer en la pena de excomunión-, empezó la paulatina conversión de Peregrino Laziosi, y Dios quiso que se hiciera religioso y que ingresara a la misma orden de los Servitas, en la ciudad de Siena.
Una de las costumbres de esta organización religiosa era hacer penitencia, y la que él eligió fue la de permanecer de pie el mayor tiempo posible, renunciando a la comodidad de estar sentado cuando no fuera necesario.
Posiblemente, a causa de este sacrificio, sus piernas se llenaron de várices, mismas que le causaban dolores, y con el tiempo degeneraron en cáncer. De manera que le iban a amputar un pie para salvarle la vida; sin embargo, la noche anterior a la cirugía, él rezó con fervor, y para sorpresa de todos, su pierna sanó.
Esta es una de las razones por la cual, en la devoción popular, a san Peregrino de Laziosi se le considera el santo patrono de los enfermos de cáncer.
Peregrino Laziosi falleció en la ciudad de Forli el 1 de mayo de 1345, y fue sepultado en la Basílica de los Siervos de María, donde yace incorrupto. Fue canonizado por el Papa Benedicto XIII en 1726.
Por su parte, Felipe Benicio, quien fuera el Superior de los Servitas, también alcanzó la santidad y fue canonizado por el Papa Clemente X el 12 de abril de 1671, en Roma.