La vida actual ha provocado el deseo en mucha gente de “reencontrarse a sí mismos para el descubrimiento de los errores, las incertidumbres y para volver a sí mismos y a Jesús; volver a la contemplación y en medio de la tormenta que sea Jesús quien nos de claridad”, opina el sacerdote jesuita Julio Aretia, y los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola son un excelente herramienta para lograr este objetivo.
Los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola es un libro de meditaciones católicas, oraciones y diversos ejercicios espirituales, diseñados originalmente para hacerse en 30 días. Actualmente, el libro se encuentra en distintos formatos físicos y digitales.
Estos textos tienen más de cinco siglos siendo una experiencia de encuentro con Dios para las personas que los realizan.
Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola fueron publicados en España en 1548, y son una fuente espiritual que orientan a un encuentro personal con Dios, con la finalidad de que, al conocerlo más, se pueda servirle mejor.
Estos Ejercicios parten de la propia experiencia de San Ignacio de Loyola en su camino de conversión en un retiro voluntario, en silencio y apartado del mundo, que le ayudó a encontrar a Jesús. Son ejercicios Cristocéntricos, para que Él sea el camino que inspire nuestras vidas y le dé un sentido trascendente, para ser y estar más dispuesto y presto.
El punto principal es la relación que existe entre el afecto con la inteligencia y la voluntad. No se trata de talleres. Son una experiencia de amor puesta en Jesús que nos lleva a ser más generosos con los demás; más comunitaria y solidaria para vivir el Evangelio, para lo cual, es necesario “el discernimiento de los espíritus”, es decir, distinguir entre una cosa y otra para poder decidir.
Se hacen para descubrir el verdadero rostro de Dios, profundizar en el Evangelio y descubrir la forma en la que Dios quiere que amamos y sirvamos al prójimo. Al mismo tiempo que volvemos a nosotros mismos y encontrar claridad.
“El bien y el mal son dos espíritus que luchan por conquistar la voluntad del hombre; el bueno lleva a la consolación y al arrepentimiento; el malo lleva a la confusión y pone impedimentos para encontrar y seguir a Jesús”, explica el padre Aretia.
Originalmente, los ejercicios fueron diseñados para realizarse durante 30 días en un lugar apartado, sin distracciones y bajo la guía de un director espiritual.
A lo largo de estos 30 días, se toman platicas sobre psicología, vida, naturaleza del mundo y la relación del hombre con Dios. Además de las platicas, se hacen lecturas y se trabajan ejercicios de meditación. Pero una de las características más importantes de estos ejercicios es la obligatoriedad de guardar silencio, exceptuando los momentos en que se discute la reflexión acerca de una conferencia o algún texto bíblico. No se permiten las conversaciones entre los asistentes.
El objetivo del silencio es obligar a la persona a realizar una introspección de las experiencias vividas. A la experiencia de vivir estos momentos de silencio en meditación se les conoce como desiertos.
Aunque los ejercicios están diseñados para durar un mes, existen versiones más cortas de 3, 7 o 15 días.
Existen en Internet diversos cursos y libros que te permiten llevar acabo algunos Ejercicios Espirituales en linea. Es importante recordar que la base de estos ejercicios es el silencio en momentos específicos como el despertar, el desayuno, el traslado a tu lugar de trabajo, etc.
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