¿Qué son las bienaventuranzas y por qué son importantes?
Para seguir el camino al Cielo que nos marcan las Bienaventuranzas, es necesario conocerlas y hacerlas vida. Aquí te decimos cuáles son.
Las Bienaventuranzas aparecen en los Evangelios de san Mateo y san Lucas y, de acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, están en el centro de la predicación de Jesús.
Junto a los 10 mandamientos y la catequesis de los apóstoles, agrega el Catecismo, las Bienaventuranzas que Jesús nos regaló en el Sermón de la Montaña, nos describen los caminos que conducen al Reino de los Cielos.
“Por ellos avanzamos paso a paso mediante los actos de cada día, sostenidos por la gracia del Espíritu Santo. Fecundados por la Palabra de Cristo, damos lentamente frutos en la Iglesia para la gloria de Dios”, señala el Catecismo.
Para seguir el camino al Cielo que nos marcan las Bienaventuranzas, es necesario conocerlas y hacerlas vida.
Aquí te decimos cuáles son:
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Bienaventurados los que buscan la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados serán cuando los injurien, los persigan y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa.
Alégrense y regocíjense porque su recompensa será grande en los cielos.
(Mt 5,3-12)
¿Cómo interpetar las bienaventuranzas?
Las bienaventuranzas nos colocan ante opciones morales decisivas:
-Nos llaman a purificar nuestro corazón de instintos malvados y a buscar el amor de Dios por encima de todo.
-Nos enseñan que la verdadera dicha “no reside ni en la riqueza o el bienestar, ni en la gloria humana o el poder, ni en ninguna obra humana, por útil que sea”, sólo en Dios, dice el Catecismo.
-Nos enseñan el fin último al que Dios nos llama es la vida eterna.
¿Ya conoces nuestra revista semanal? Al adquirir un ejemplar o suscribirte nos ayudas a continuar nuestra labor evangelizadora en este periodo de crisis. Visita revista.desdelafe.mx o envía un WhatsApp al +52 55-7347-0775