La adolescencia es un momento de grandes cambios y desafíos, mismos que, a menudo, traen consigo sentimientos de tristeza y desesperación que pueden convertirse en un obstáculo significativo para los jóvenes. La depresión, una de las condiciones más comunes enfrentadas por los adolescentes, puede parecer un laberinto sin salida; sin embargo, existen formas efectivas de superarla, armados con herramientas que nos permiten encontrar la luz en medio de la oscuridad.
Es fundamental primero entender que la depresión es más que un sentimiento pasajero de tristeza, tal y como lo planteó el psicólogo Martin Seligman en su obra sobre la desesperanza, “la depresión es una tristeza sin razón”.
1. Ser compasivos con nosotros mismos: saber que no siempre hay una causa concreta de estar triste y que este estado es válido es importante, por ello, la comprensión de que la depresión es una condición que puede afectar a cualquiera es el primer paso para superarla: permitirnos sentir lo que sentimos sin culpa.
2. Ser auténtico: además del reconocimiento, también aceptar quién eres son pasos cruciales para combatir la depresión, sobre todo porque muchos adolescentes se sienten presionados para encajar o ser de cierta manera, lo que puede aumentar la ansiedad y la tristeza. Es vital recordar las palabras de Brené Brown, quien ha investigado profundamente sobre la vulnerabilidad: “la autenticidad es la práctica diaria de dejar ir lo que creemos que debemos ser y aceptar quiénes somos”, es por ello que la autenticidad es la clave para comenzar a sanar, permitiéndoles a los adolescentes mostrarse como verdaderamente son.
3. El cuidado personal es una de las maneras más eficaces de enfrentarse a la depresión, pero entendamos que no sólo se refiere a tomar un día de descanso o irme a correr un día en la mañana; sino que implica adoptar prácticas que nutran el cuerpo, la mente y el alma.
Por ello, puede incluir actividades como el ejercicio moderado, una dieta equilibrada y dormir bien; técnicas que ayudan a mejorar el bienestar físico, lo que a su vez puede tener un efecto positivo en el estado mental. Robert Sapolsky, un reconocido neurocientífico, explica que “el ejercicio, por ejemplo, combate la depresión actuando sobre los circuitos del cerebro que están asociados con el ánimo positivo”.
4. Cultivar relaciones interpersonales: nunca ha sido más cierto que “ningún hombre es una isla”. La conexión humana es indispensable para el bienestar emocional y social, por ello, hablar con amigos y familiares sobre lo que se siente puede ser enormemente liberador. Las conversaciones abiertas y sinceras tienen el poder de aliviar el peso del sufrimiento; aunque a menudo puede parecer intimidante expresar vulnerabilidades, la conexión genuina puede ofrecer consuelo y soporte, por ello, las comunidades de fe o grupos de jóvenes son espacios donde expresar dificultades sin el temor a ser juzgados.
5. Buscar metas: todo lo anterior no podría ser posible sin reconocer un propósito más grande que nosotros mismos, ya que esto puede ser un ancla firme en momentos de turbulencia interna. Los jóvenes necesitan dirección y significado en sus vidas, esto incluye metas que generen pasión y les motiven a seguir adelante incluso en los momentos difíciles, por ello Viktor Frankl, en su libro sobre la búsqueda del sentido, dijo que “el hombre está dispuesto a sufrir de manera más simple si hay un propósito detrás del sufrimiento”, lo que nos lleva a cultivar pasatiempos, voluntariado y actividades que inspiren son formas de descubrir lo que realmente importa.
6. Diario de gratitud: practicar la gratitud puede transformar perspectivas. Aunque puede ser difícil sentir gratitud cuando se está deprimido, cultivar esta práctica puede cambiar la forma en que se percibe la realidad; para ello te invito a llevar un diario de gratitud, donde se escriben tres cosas por las que se está agradecido cada día, puede ayudar a enfocar la mente en lo positivo. La gratitud puede actuar como un faro que guía fuera de la penumbra, mostrando que, a pesar de las dificultades, siempre hay pequeñas cosas que iluminan el camino.
Superar la depresión en la adolescencia es un viaje que requiere tiempo, esfuerzo y, en ocasiones, ayuda externa; pero, al comprender nuestra condición y practicar la autenticidad, el cuidado personal, la conexión, la búsqueda de propósito y la gratitud, es posible encontrar el camino hacia la esperanza y la sanación. Cada adolescente tiene un futuro brillante que les espera al otro lado de la tormenta, donde la fe callada y persistente en el centro de su ser les guía hacia la claridad que merecen.
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