¿María Magdalena es la misma que la mujer adúltera?
María Magdalena es la feliz anunciadora de la Resurrección de Cristo, elegida por Jesús como la testigo y "apóstol de los apóstoles".
María Magdalena es la feliz anunciadora de la Resurrección de Cristo, elegida por Jesús como la testigo de este acontecimiento, según los Santos Evangelios. Nombrada por Juan Pablo II, “Apóstol de los Apóstoles”, por anunciar a los apóstoles, lo que ellos debían dar a conocer a todo el mundo.
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Su papel destacado en la Sagrada Escritura
Aunque existen fuentes históricas que nos hablan de su importancia apostólica, también existe mucha fantasía que surge de evangelios apócrifos y se ha plasmado en obras literarias y cinematográficas, todo para crear alrededor de María Magdalena una figura que venda, afirma el Maestro Jorge Arévalo, Director de la Dimensión de Biblia y Extensión Formativa de la Arquidiócesis Primada de México.
Sin embargo, dejarse llevar por la fantasía, por desconocimiento bíblico, no permite apreciar la belleza de su espiritualidad e importancia en los evangelios. En primer lugar, que María Magdalena haya sido elegida como la anunciadora de la Resurrección es algo totalmente inusitado para su época, porque en la cultura judío cristiana solo los hombres tenían un papel de testigos.
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Para Arévalo, María Magdalena es “una persona que rompe muchos estereotipos, la importancia que tiene en la Sagrada Escritura da pie a muchas reflexiones sobre el papel que debe tener la mujer en la Iglesia, la mujer debe tener voz y voto decisivo en la dirección pastoral de las comunidades, y no solo como ayudante”.
La confusión entre María Magdalena y la mujer adúltera
Aunque no existe fundamento para identificar a María Magdalena con la mujer adúltera que, según el Evangelio de Juan, fue salvada por Jesús de ser apedreada por los escribas y fariseos, aún algunos siguen pensando que se trata de la misma persona.
Jorge Arévalo nos explica que no puede tratarse de la misma persona, ya que cuando en la Biblia nos encontramos con un personaje que no tiene nombre, como es el caso de la mujer adúltera del capítulo 8 del Evangelio de Juan, se trata de una figura simbólica. Y por el contrario, cuando tiene nombre, como es el caso de María Magdalena, se trata de un personaje histórico.
La confusión surge en el año 591, cuando el Papa Gregorio I Magno confundió a la pecadora arrepentida del Evangelio de Lucas con María Magdalena. Lucas es el único que menciona que de ella fueron expulsados siete demonios. Esa interpretación tuvo influencia en el arte cristiano y textos litúrgicos.
“Hay muchos datos que nos hacen pensar que en la comunidad cristiana naciente, cuando la mujer empieza a tener mucha preponderancia en puestos directivos en las comunidades, se enfrentan a una cultura machista que trata de mitigar su participación, aunado a la equivocación del Papa que hizo que se denostara la imagen de María Magdalena”, explica Arévalo.
¿Qué pasó con María Magdalena tras la muerte de Jesús?
La discípula de Jesús desaparece de la escena literaria tras haber visto a Cristo resucitado, lo único que se puede constatar es su presencia dirigiendo comunidades.
Con lo que se puede leer en los cuatro Evangelios canónicos, asegura Arévalo, se puede afirmar su historicidad. No se trata solo de un símbolo, pues existen 12 referencias a ella y 11 están relacionadas con la Pasión y Resurrección, los textos (núcleo) nucleares de los evangelios canónicos, es decir, los textos que se compusieron primero.
Jorge Arévalo reitera que la historia de esta destacada mujer en nuestros tiempos ya no suena disruptiva, pero en su época una mujer discípula era algo inusitado. La prueba de que María Magdalena fue una discípula es que ella lo llama “Raboní”, es decir, “Maestro”, lo que muestra que había una confianza más allá de lo normal, al nivel de apóstol.
María Magdalena es la primera en ver a Jesús resucitado y es anunciadora de la buena nueva ante los apóstoles. Anunció a los apóstoles, lo que a su vez, ellos difundieron a todo el mundo, de ahí que sea “apóstol de los apóstoles”.
En 2016, la Santa Sede elevó por decretó la memoria de Santa María Magdalena a grado de fiesta en el Calendario Romano General y su fiesta litúrgica es el 22 de julio.