¿Por qué la Catedral no se hunde? Pequeños ‘Hércules’ la sostienen
Artefactos metálcios la sostienen y la estabilizan desde abajo: son 616 pilotes de control que actualmente están siendo reparados.
La estructura de la Catedral Metropolitana de México actualmente es sostenida desde el subsuelo por 616 pilotes de control, que hoy, después de 20 años sin servicio, están siendo interviniendos para evitar hundimientos, tanto en el edificio principal como en el Sagrario Metropolitano y en la Capilla de Ánimas.
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De acuerdo con un boletín emitido por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en 2017, el Centro Histórico de la Ciudad de México se hunde de 5 a 7 cm al año; por ello, mantener “a flote” la Catedral de México, que pesa miles de toneladas, es un verdadero reto.
La necesidad de contar con estos aparatos que resisten todo el peso de la Catedral en su conjunto, es principalmente porque, al haber sido construida sobre un suelo blando, se corre el riesgo de vencimientos por zonas, que ocasionarían daños en cadena en toda la estructura.
Sobre el tema, Ligia Roldán, administradora de “Catedral Buena Noticia, Caridad, Educación y Cultura” -asociación a cargo de los trabajos de restauración-, explica que originalmente la Catedral Metropolitana contaba con 22,500 pilotes de madera.
Posteriormente -refiere-, en 1940, bajo el Sagrario se colocaron varios pilotes de 25 metros de diámetro, mismos que dos décadas después fueron reforzados con pilotes de concreto. “Finamente -señala-, en 1972 el ingeniero Manuel González Flores instaló 390 pilotes en la Catedral y 129 en el Sagrario.
Refiere que el último mantenimiento que se les dio a los pilotes fue en el año 2000, por lo que urgía esta nueva intervención, que la empresa COPICOSA ha venido realizando desde hace meses, como parte del Programa de Preservación del Patrimonio Cultural de Catedral y del Sagrario Metropolitano.
Ligia Gabriela Roldán hace hincapié en que, de no haberse intervenido ahora, los pilotes habrían comenzado a registrar un deterioro en cadena, mismo que habría provocado hundimientos irregulares: unas zonas sí y otras no, y la estructura se habría empezado a romper a la manera de un mazapán.
“Cada pilote lleva 108 cuadrillas -explica finalmente-, y cada cuadrilla soporta 3 toneladas de peso. Las cuadrillas ya estaban sumamente comprimidas, y por eso su intervención no podía esperar más, según el diagnóstico hecho por el Instituto de Ingeniería de la UNAM”.
El Programa de Preservación del Patrimonio Cultural de Catedral y el Sagrario Metropolitano contempla tres grandes proyectos que están por concluir: el primero es el de mantenimiento de los pilotes de control; el segundo, la erradicación de flora parásita, el sellado de grietas y el calafateo, y el tercero, es la modernización del sistema eléctrico y la colocación de pararrayos.