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Pregúntale al padre

¿Debo cumplir la última voluntad de un difunto aun si va contra la Iglesia?

Cuando la última voluntad del difunto va en contra de lo que enseña la Iglesia católica, ¿estoy obligado a respetarla y cumplirla?

25 agosto, 2020
¿Debo cumplir la última voluntad de un difunto aun si va contra la Iglesia?
La Iglesia ayuda a las familias a superar las pérdidas.
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Es sacerdote diocesano y director de la Dimensión de Bienes Culturales de la Arquidiócesis Primada de México. Actual párroco en la iglesia de San Pío Décimo en la Ciudad de México. 

El momento en que un ser querido muere es muy difícil para toda familia, y es claro que quieran respetar la última voluntad de su difunto, si éste ha pedido, por ejemplo, que sus cenizas se esparzan por el aire, en el mar o en algún río.

Tal vez los familiares se pregunten: ¿Debo cumplir este deseo a pesar de que no es lo que enseña la Iglesia Católica? Vayamos por partes.

¿La Iglesia permite la incineración?

En el 2016, la Congregación para la Doctrina de la Fe nos dio unas pautas y normas doctrinales basadas en la Tradición de la Iglesia y los retos de la modernidad. Todo fiel cristiano debe tomarlas en cuenta para la sepultura y respeto de los restos de sus difuntos.

El objetivo no es poner normas arbitrarias, sino responder a inquietudes surgidas de los momentos actuales: la incineración y las prácticas de conservación, destino y depósito de las cenizas de nuestros muertos.

Con ello queda claro que la Iglesia no se opone a la cremación del cuerpo, aunque recomienda continuar la práctica de una bella tradición –no sólo de la Iglesia, sino de muchos pueblos y culturas– de enterrar con todo respeto el cuerpo de nuestros muertos, “su última morada”.

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¿Qué hacer con las cenizas?

Una vez teniendo claro que la Iglesia no prohíbe la incineración de los cuerpos, ahora surge otra pregunta: ¿qué hago con las cenizas? Sobre todo si la persona fallecida o los familiares piden o quieren realizar cosas contrarias al Magisterio de la Iglesia.

Sin embargo, los documentos de la Iglesia son muy claros al recomendar un lugar propio y adecuado para los restos de un difunto, ya sea en una iglesia, un panteón o un cementerio. Desaconseja tener las cenizas en casa, repartírselas, esparcirlas en el mar, hacer diamantes u otras cosas “novedosas”.

¿Debo cumplir la voluntad de mi difunto?

Respondiendo específicamente a esta pregunta: ¿Debo cumplir la última voluntad de un difunto que pidió ser cremado y esparcir sus cenizas en algún lugar? La respuesta es NO. Nadie está obligado a cumplir esa última voluntad. ¿Por qué?

En primer lugar, debemos analizar antes las “últimas voluntades”, lo que es factible hacer, y que sea benéfico para los restos mortales y para la familia del doliente. Porque la persona, aunque muerta, merece un respeto y un trato digno a sus restos.

Si el difunto –creyente o no creyente– pidió algo en lo que no estamos de acuerdo y no nos ayuda, y además contradice la Doctrina de la Iglesia, no se debe de hacer.

Y si piensas que le estás fallando al ser querido y a Dios, recuerda que Dios es amor y quiere lo mejor para sus hijos, en esta vida terrenal y en la Vida Eterna.

Nuestro mundo “moderno” se ha vuelto muy subjetivo y ha asumido modas contrarias a lo “debidamente correcto”, argumentado frivolidades, sin tener en cuenta la espiritualidad y la esperanza surgida del amor a Dios a los hombres y, tristemente, olvidando el amor a los demás; somos una Iglesia-familia que peregrina hacia la casa del Padre.

Así como un padre de familia le da lo mejor al hijo y le evita aquello que le hace daño, lo aconseja en lo que le ayuda a ser buena persona y le orienta para que evite aquello que le daña, la Iglesia Madre también orienta y guía a sus hijos hacia lo que le hace bien y le señala el rumbo de lo que le ayuda a crecer.

La Iglesia no prohíbe ni impone al arbitrio, siempre busca lo mejor para sus hijos (aunque no nos guste), pues, como dicen los padres y maestros, “¡Es por tu bien!”

*El P. Salvador Barba es el enlace para la Reconstrucción de los Templos de la Arquidiócesis Primada de México y colaborador de la Dimensión de Bienes Eclesiásticos de la misma Arquidiócesis.

 


Autor

Es sacerdote diocesano y director de la Dimensión de Bienes Culturales de la Arquidiócesis Primada de México. Actual párroco en la iglesia de San Pío Décimo en la Ciudad de México.