¿Cuál es el significado de las piñatas en las posadas navideñas?

Las piñatas son un elemento clásico de las posadas navideñas, especialmente en México.

Las posadas, además de recordarnos el peregrinar de la Virgen María y San José previo al nacimiento del niño Jesús, nos llenan de alegría, sobre todo cuando hay una tradicional piñata navideña de 7 picos a la que todos le quieren pegar para romperla y obtener algunos de los premios que guarda en su interior.

Pero, ¿cuál es el significado cristiano de las piñatas que se rompen en las posadas navideñas? Aquí te lo explicamos.

Las piñatas navideñas son un clásico de las posadas.

La tentación

La piñata se hace con una olla de barro que se cubre con papel de colores radiantes, vistosos y llamativos, los cuales representan al mal que se nos presenta como algo deslumbrante y apetecible, a fin de caer en su tentación.

Los 7 picos de la piñata navideña representan los 7 pecados capitales

Los 7 picos en la piñata tradicional representan los siete pecados capitales que, en caso de caer en alguno de ellos, nos aparta de Dios: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

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La fe en Dios

Colocar la venda en los ojos para pegarle a la piñata representa un acto con el que no solo se evita caer en la tentación, sino una fe inmensa en Dios al que podemos ver con los ojos del alma.

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El fuerza de la Fe

El palo representa la fuerza de la fe con la que se derrotan las tentaciones del mal que nos pueden separar de Dios y que en el caso de la piñata son los siete picos que se deben golpear para alejarlos de nosotros.

Las virtudes

Los frutos que hay dentro de la piñata representan las siete gracias de Dios: humildad, generosidad, castidad, paciencia, templanza, caridad y diligencia. Estas virtudes son contrarias a los pecados capitales que derrotamos al romper la piñata.

Obtener el relleno de las piñatas navideñas representa el amor de Dios, porque al acabar con el mal, al haberle pegado con el palo, destruyendo toda la piñata y sus picos, obtenemos todos los regalos prometidos por Dios, dones tan anhelados por nuestra alma.

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