¿Por qué damos bolo en los bautismos?

Una de las tradiciones más populares en los Bautismos, es el lanzamiento del bolo, que consiste en que el padrino aviente o regale monedas a los invitados. Pero, ¿dónde surgió esta costumbre en torno al primer Sacramento que administra la Iglesia católica?

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Origen del bolo en los Bautismos

El bolo en los bautismos, costumbre que se remonta a los tiempos de virreinato, simboliza la abundancia que tendrá el recién bautizado.

Asimismo, el lanzamiento del bolo significa que el padrino está orgulloso de que su ahijado sea puesto bajo su cuidado y bajo el cuidado de Dios.

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Significado de la palabra bolo

El origen de la palabra bolo se debe al nombre de una antigua moneda griega llamada “óbolo”, que era de poco valor.

En la época virreinal, los padrinos daban medios reales a manera de bolo (el real mexicano era una moneda de la época colonial hasta 1863).

Y en las familias ricas se acostumbraba regalar monedas de oro y plata.

Pero con el paso del tiempo y las independencias de los países latinoamericanos, muchos países comenzaron a regalar monedas nacionales.

Esta tradición ha cambiado en la actualidad, ahora se lanzan chocolates, dulces, pulseras, llaveros o, inclusive, se regala un objeto, como una vela o una estampa, con una moneda pegada.

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Lo que no es el bolo

Es importante señalar que el lanzamiento del bolo surge en el contexto festivo de los Bautismos, más no de la liturgia del Sacramento; por ello, si un padrino no llegase a lanzar el bolo no pasaría absolutamente nada.

Es decir, la abundancia material que se le desea al bautizado no depende de la cantidad de dinero que se pueda lanzar en el bolo, ni de otro acto que pueda considerarse supersticioso.

El mejor bolo en los Bautismos

En el Bautismo se reciben cosas infinitamente superiores: ser hijo de Dios, los dones del Espíritu Santo, las virtudes teologales y la incorporación a la Iglesia Católica.

El mejor bolo que pueden compartir los padrinos a los invitados es dar un auténtico testimonio de amor cristiano; y el principal deseo que pueden tener los padres y padrinos sobre el bautizado es que cuando él crezca sea un ferviente cristiano, capaz de dar testimonio de Dios.

Los padres y padrinos tendrán el hermoso deber de recordarle a su pequeñito o pequeñita que el día de su bautismo fue hecho hijo de Dios para siempre.

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