¿Cómo aumentar mi fe? 5 oraciones que Jesús nos dejó en la Biblia para fortalecerla
Aquí citamos 5 oraciones que Jesús nos dejó en la Biblia, a través de las cuales podemos aprender a comunicarnos con Dios manera íntima y eficaz.
Los Evangelios nos enseñan que, a lo largo de todo su Ministerio, Jesús se comunicó con Su Padre celestial a través de la oración, una práctica que para Él era esencial, y a la cual recurría tanto para agradecerle por su provisión y bendiciones, como para pedir su intercesión o ayuda; o bien, para someterse a Su voluntad. Y es con las oraciones que Jesús nos dejó en la Biblia como nos enseña a orar de la mejor manera.
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La forma de orar de Jesús refleja la profunda conexión que tenía con su Padre celestial, Su confianza en Él y Su gratitud, pero sobre todo Su gran amor filial, hacia el que busca conducirnos. Aquí citamos 5 oraciones que Jesús nos dejó en la Biblia, a través de las cuales podemos aprender a comunicarnos con Dios manera íntima y eficaz.
Oraciones que Jesús nos dejó en la Biblia:
1. Al pedir por la humanidad
“Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de esta gente que está aquí, para que crean que tú me has enviado.” (Jn 11,42)
2. Al manifestarle Su confianza en Él
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23,46).
3. Para la consagración del mundo
“No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. Así como yo no soy del mundo, ellos tampoco son del mundo. Conságralos a ti mismo por medio de la verdad; tu Palabra es la verdad. Como me enviaste a mí entre los que son del mundo, también yo los envío a ellos entre los que son del mundo. Y por causa de ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados por medio de la verdad” (Jn 17,15-19).
4. Para el perdón del mundo
“Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (Lc 23,34).
5. Por la unidad del mundo
“No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que creerán en mí por medio de su palabra, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.” (Jn 17,20-22).