Papa Francisco: ¿Tú escuchas, conoces y sigues a Dios?
El Papa Francisco realizó a los fieles una serie de preguntas que permiten examinar nuestra relación con el Señor.
El Papa Francisco en su mensaje previo a rezar el Regina Coeli se refirió a una de las imágenes más tiernas de Jesús, la que lo muestra como el pastor que está con las ovejas. “Mis ovejas —dice Jesús— escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen“.
¿Cómo vives en el día a día estos verbos? El Santo Padre realizó en su mensaje una serie de preguntas que nos sirven a la reflexión.
Las ovejas escuchan la voz del Pastor
La iniciativa viene siempre del Señor; todo parte de su gracia: es Él que nos llama a la comunión con Él. Pero esta comunión nace si nosotros nos abrimos a la escucha; si permanecemos sordos no nos puede dar esta comunión, explicó el Papa Francisco.
“Abrirse a la escucha porque escuchar significa disponibilidad, significa docilidad, significa tiempo dedicado al diálogo. Hoy estamos abrumados por las palabras y por la prisa de tener que decir o hacer algo siempre; es más, cuántas veces dos personas están hablando y una no espera que la otra termine el pensamiento, la corta a mitad de camino, responde… Pero si no la deja hablar, no hay escucha. Este es un mal de nuestro tiempo. Hoy estamos abrumados por las palabras, por la prisa de tener que decir siempre algo, tenemos miedo del silencio”.
Preguntémonos:
¿Somos hijos de la escucha?
¿Encontramos tiempo para la Palabra de Dios?
¿Escuchamos y prestamos atención a los hermanos y a las hermanas?
Él conoce a sus ovejas.
Conocer en sentido bíblico quiere decir también amar. “El Señor mientras ‘nos lee dentro’, nos quiere, no nos condena. Si le escuchamos, descubrimos esto, que el Señor nos ama. El camino para descubrir el amor del Señor es escucharlo. Entonces la relación con Él ya no será impersonal, fría o de fachada. Jesús busca una cálida amistad, una confidencia, una intimidad. Quiere donarnos un conocimiento nuevo y maravilloso: el de sabernos siempre amados por Él y por tanto nunca dejados solos a nosotros mismos”.
Él nos sostiene, sobre todo, en los momentos más difíciles. Preguntémonos entonces:
¿Yo me dejo conocer por el Señor?
¿Le hago espacio en mi vida, le llevo eso que vivo?
Y, después de muchas veces en las que he experimentado su cercanía, su compasión, su ternura, ¿qué idea tengo yo del Señor?
El Señor es cercano, el Señor es buen pastor.
Las ovejas siguen al Señor
Las ovejas que escuchan y saben que son conocidas siguen: escuchan, se sienten conocidas por el Señor y siguen al Señor, que es su pastor. “Y quien sigue a Cristo, ¿qué hace? Va donde va Él, por el mismo camino, en la misma dirección. Va a buscar a quien está perdido (cfr. Lc 15,4), se interesa por quien está lejos, se toma en serio las situaciones de quien sufre, sabe llorar con quien llora, tiende la mano al prójimo, se lo carga sobre los hombros”
Preguntémonos:
¿Me dejo solo amar por Jesús y del dejarse amar paso a amarlo, a imitarlo?