Papa Francisco: “Jesús también reza por nosotros”
"Hagan este ejercicio de memoria y repítanlo cuando hay alguna dificultad: Jesús está rezando por mí”, pidió el Papa Francisco.
El Papa Francisco recordó que Jesús nos acompaña en todos los momentos de nuestra vida y siempre reza por nosotros, incluso cuando estamos en pecado mortal y alejados de Él.
“Es impresionante saber que, en el tiempo del desfallecimiento, el amor de Jesús no cesa. ‘Pero Padre, si estoy en pecado mortal, ¿el amor de Jesús sigue ahí? — Sí, ¿y Jesús sigue rezando por mí? — Sí — Pero si he hecho cosas muy malas y muchos pecados, ¿sigue amándome Jesús? — Sí’. El amor y la oración de Jesús por cada uno de nosotros no cesa, es más, se hace más intenso y somos el centro de su oración”.
“Debemos recordar siempre esto: Jesús está rezando por mí, está rezando ahora ante el Padre y le está mostrando las heridas que trajo consigo, para que el Padre pueda ver el precio de nuestra salvación, es el amor que nos tiene. Y en este momento que uno de nosotros piense: ¿Jesús está rezando ahora por mí? Sí. Es una gran seguridad que debemos tener”.
En su catequesis de este miércoles, dedicada a la figura de Jesús, como modelo y alma de toda oración, el Santo Padre aseguró que, en los momentos más difíciles, en los que nuestra fe está puesta a prueba, debemos más que nunca intensificar la oración.
“La oración es la única fuente de luz y fuerza. Es necesario rezar más intensamente, cada vez que el camino se empina”.
Jesús –agregó el Papa Francisco- no sólo quiere que recemos como Él reza, sino que nos asegura que, aunque nuestros tentativos de oración sean completamente vanos e ineficaces, siempre podemos contar con su oración.
“Jesús reza por nosotros. Ahora mismo, en este momento. Haced este ejercicio de memoria repitiéndolo. Cuando hay alguna dificultad, cuando estáis en la órbita de las distracciones: Jesús está rezando por mí”.
“Pero, padre ¿eso es verdad? Es verdad, lo dijo Él mismo. No olvidemos que lo que nos sostiene a cada uno de nosotros en la vida es la oración de Jesús por cada uno de nosotros, con nombre, apellido, ante el Padre, enseñándole las heridas que son el precio de nuestra salvación”.
Con información de Vatican.va