Las diócesis celebrarán la JMJ en la Fiesta de Cristo Rey
El Santo Padre dio a conocer este cambio durante la entrega de la Cruz a la delegación de Lisboa.
El Papa Francisco dio a conocer este domingo que la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), tradicionalmente celebrada a nivel diocesano en el Domingo de Ramos, ahora se celebrará en la Fiesta de Cristo Rey.
“35 años años más tarde de la creación de la JMJ, después de haber escuchado diferentes opiniones y al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, competente en la pastoral juvenil, he decidido trasladar la celebración diocesana de la JMJ del Domingo de Ramos al Domingo de Cristo Rey, a partir del próximo año. En el centro permanece el Misterio de Jesucristo Redentor del hombre, como siempre evidenció san Juan Pablo II, iniciador y patrono de la JMJ”, dijo el Santo Padre en la Santa Misa por la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.
En esta Misa celebrada en el Vaticano, una delegación juvenil de Panamá entregó la Cruz y la copia del ícono de la Virgen María, Salus Populi Romani a la de Portugal, ambos son símbolos de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Las delegaciones fueron muy restringidas debido a la pandemia de COVID-19.
La última Jornada Mundial de la Juventud tuvo lugar en Panamá, mientras que la próxima, prevista para 2023, tendrá lugar en Lisboa.
No renuncien a los sueños grandes
En su homilía en la Misa por la Fiesta de Cristo Rey, el Santo Padre se dirigió a la juventud, a quienes pidió no renunciar a los sueños grandes, a los sueños de gloria verdadera y que vienen de Dios.
“Queridos jóvenes, queridos hermanos y hermanas: No renunciemos a los sueños grandes. No nos contentemos con lo que es debido. El Señor no quiere que recortemos los horizontes, no nos quiere aparcados al margen de la vida, sino en movimiento hacia metas altas, con alegría y audacia. No estamos hechos para soñar con las vacaciones o el fin de semana, sino para realizar los sueños de Dios en este mundo”, dijo.
“Si tienes sueños de gloria verdadera, no de la gloria del mundo que va y viene, sino de la gloria de Dios, este es el camino. Lee el pasaje del Evangelio de hoy (Mt 25, 31-46), y piensa en ello. Porque las obras de misericordia dan gloria a Dios más que cualquier otra cosa. Escuchar bien esto: las obras de misericordia dan gloria a Dios más que cualquier otra cosa. Al final seremos juzgados sobre las obras de misericordia”, agregó.
El Papa agregó que cada quien se convierte en lo que elige, para bien o para mal, como señala el Evangelio de este domingo que habla sobre la separación de las ovejas y las cabras.
“En efecto, nosotros nos convertimos en lo que elegimos, para bien y para mal. Si elegimos robar nos volvemos ladrones, si elegimos pensar en nosotros mismos nos volvemos egoístas, si elegimos odiar nos volvemos furibundos, si elegimos pasar horas delante del móvil nos volvemos dependientes. Pero si optamos por Dios nos volvemos cada día más amados y si elegimos amar nos volvemos felices”.
“El Señor de la vida nos quiere llenos de vida y nos da el secreto de la vida: esta se posee solamente entregándola. Y esta es una regla de vida: la vida se posee, ahora y eternamente, sólo dándola”.
El Santo Padre agregó que hay que conservar la originalidad renunciando a sólo pensar en el bien propio, en los pasatiemmpos y la diversión. “Elegir la vida es luchar contra la mentalidad del usar y tirar y del todo y rápido, para conducir la existencia hacia la meta del Cielo, hacia los sueños de Dios. Elegir la vida es vivir, y nosotros hemos nacido para vivir, no para ir tirando. Esto ha dicho un joven como vosotros [el beato Pier Giorgio Frassati]: ‘Yo quiero vivir, no ir tirando'”.
Pregúntate: ¿Qué te hace bien?
Por ello, el Papa Francisco dio un consejo final para entrenarse en elegir el bien. “Si nos miramos dentro, vemos que a menudo nacen en nosotros dos preguntas distintas. Una es: ¿Qué me apetece hacer? Es una pregunta que con frecuencia engaña, porque insinúa que lo importante es pensar en uno mismo y seguir todos los deseos e impulsos que uno tiene. Sin embargo la pregunta que el Espíritu Santo sugiere al corazón es otra: no ¿qué me apetece hacer?, sino ¿qué te hace bien?”
“Aquí está la elección de cada día: ¿Qué quiero hacer o qué me hace bien? De esta búsqueda interior pueden nacer elecciones banales o elecciones de vida, depende de nosotros. Miremos a Jesús, pidámosle la valentía de elegir lo que nos hace bien, para seguir sus huellas en el camino del amor, y encontrar la alegría. Para vivir, no para ir tirando”.
Al término de la Misa, el Papa dirigió unas palabras finales a la juventud:
¡Griten con sus vidas que Cristo vive, que Cristo reina, que Cristo es el Señor! ¡Si ustedes callan, les aseguro que las piedras gritarán! (cf. Lc 19,40).