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El Papa Francisco pide a periodistas “desarmar la comunicación” y ser mensajeros de esperanza

El papa Francisco llamó a los comunicadores a ser ‘mensajeros de esperanza’ y a desarmar la comunicación para purificarla de la agresividad.

25 enero, 2025
El Papa Francisco pide a periodistas “desarmar la comunicación” y ser mensajeros de esperanza
Jubileo de los comunicadores en Roma. Foto: Especial

Este viernes 24 de enero de 2025, en el marco de la memoria de san Francisco de Sales, el papa Francisco hizo público su mensaje para la LIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, un documento donde brinda el perfil de un comunicador éticamente responsable quien no sucumbe a la “lógica” de la manipulación.

En el texto, denuncia los contenidos creados para generar reacciones basadas en el odio, al tiempo que lamenta la desinformación. Por ende, llama a transmitir la verdad y alimentar la esperanza según los elementos característicos de la comunicación cristiana.

Propone el perfil de un comunicador “capaz de hablar al corazón, no de suscitar reacciones pasionales de aislamiento y de rabia, sino actitudes de apertura y amistad”, siguiendo el modelo de Jesús.

También insiste en que debido a “la desinformación y la polarización” el trabajo de periodistas y comunicadores adquiere notable relevancia, pues su “valiente compromiso es indispensable para poner en el centro de la comunicación la responsabilidad personal y colectiva hacia el prójimo”.

Contenidos diseñados para provocar

El papa llama a los periodistas “a ser comunicadores de esperanza”, comenzando por una renovación de su trabajo y misión según el espíritu del Evangelio. En este aspecto, sugiere “desarmar la comunicación”.

Al cuestionar que “con frecuencia la comunicación no genera esperanza, sino miedo y desesperación, prejuicio y rencor, fanatismo e incluso odio”, lamenta que se simplifique “la realidad para suscitar reacciones instintivas”.

Igualmente, reprueba la práctica de crear “informaciones falsas o deformadas hábilmente para lanzar mensajes destinados a incitar los ánimos, provocar y herir”. En este contexto, insiste en la necesidad de “desarmar la comunicación”, a fin de “purificarla de la agresividad”.

Además, señala el fenómeno de “dispersión programada de la atención” a través de los sistemas digitales, con miras a “modificar nuestra percepción de la realidad”.

Como resultado, sostiene que se busca “identificar un ‘enemigo’ contra el cual lanzarse verbalmente” como algo “indispensable para autoafirmarse”. Y advierte que “cuando el otro se convierte en ‘enemigo’, cuando su rostro y su dignidad se oscurecen para humillarlo y burlarse de él, también se pierde la posibilidad de generar esperanza”. Al respecto, llama a no rendirse ante esa lógica.

Indica, además, que “la esperanza es una virtud escondida, constante y paciente. Sin embargo, para los cristianos la esperanza no es una elección opcional, sino una condición imprescindible”.

Tres puntos clave para comunicar esperanza

Al desgranar tres mensajes derivados de la primera carta de Pedro (cf. 3,15-16), el papa Francisco se refiere a una “síntesis admirable donde la esperanza se pone en relación con el testimonio y con la comunicación cristiana”:

  • Primero: “La esperanza de los cristianos tiene un rostro, el rostro del Señor resucitado. Su promesa de estar siempre con nosotros a través del don del Espíritu Santo nos permite esperar contra toda esperanza y ver los rastros del bien escondidos, incluso cuando todo parece perdido”.
  • Segundo: “Se nos pide que estemos preparados para dar razón de la esperanza que hay en nosotros”.
  • Tercero: “Que la respuesta sea dada «con delicadeza y respeto». La comunicación de los cristianos —y la comunicación en general— debería estar entretejida de mansedumbre y proximidad… siguiendo al mayor Comunicador de todos los tiempos, Jesús de Nazaret”.

Tres pistas para no olvidar el corazón

También invita a cuidar los corazones, “es decir, la vida interior”. Y señala varias pistas para hacerlo:

  • “No olvidar nunca el rostro del otro; hablar al corazón de las mujeres y los hombres a cuyo servicio está dirigido su trabajo”.
  • “No permitir que las reacciones instintivas guíen la comunicación. Sembrar esperanza siempre, aun cuando sea difícil”.
  • “Practicar una comunicación que sepa sanar las heridas de nuestra humanidad”.

El sueño del papa

En el documento, el papa describe que sueña “con una comunicación que sepa hacernos compañeros de camino de tantos hermanos, para reavivar en ellos la esperanza en un tiempo tan atribulado”.

En este marco, delinea un sano estilo de comunicación: “Que sea capaz de hablar al corazón, no de suscitar reacciones pasionales de aislamiento y de rabia, sino actitudes de apertura y amistad; capaz de apostar por la belleza y la esperanza aun en las situaciones aparentemente más desesperadas; capaz de generar compromiso, empatía, interés por los demás”.

Sueña con una comunicación “que no venda ilusiones o temores, sino que sea capaz de dar razones para esperar”. No obstante, para lograrlo “debemos sanar de las ‘enfermedades’ del protagonismo y la autorreferencialidad”, para “evitar el riesgo de discursos inútiles”. Comunicar así “ayuda a convertirse en peregrinos de esperanza”.

Esperar juntos

Finalmente, el pontífice reitera que “todos estamos invitados —¡realmente todos!— a recomenzar, a permitirle a Dios que nos levante, a dejar que nos abrace y nos inunde de misericordia”.

Sostiene que el Jubileo tiene muchas implicaciones sociales y exige una comunicación “atenta, tranquila, reflexiva, capaz de indicar caminos de diálogo”. En este marco, anima a descubrir y contar las historias de bien “escondidas entre los pliegues de la crónica; a imitar a los buscadores de oro, que tamizan la arena en busca de la minúscula pepita”.

Considera que esto ayuda al mundo “a ser un poco menos sordo al grito de los últimos, un poco menos indiferente, un poco menos cerrado”.

Por ello, llama a “dar espacio a la confianza del corazón que… no sucumbe ante las inclemencias de la vida y crece”, así como a ser “promotores de una comunicación no hostil” y “contar historias llenas de esperanza”. Por último, deja claro que todo esto puede hacerse “con la gracia de Dios, que el Jubileo nos ayuda a recibir en abundancia”.



Autor

Ingeniero Mecánico y periodista. Ex editor de medios católicos con rica experiencia en el desarrollo de contenido SEO, branding y manejo estratégico de plataformas digitales.