¡Y el premio Ohtli es para… el Colegio Mexicano en Roma!
El Premio Ohtli es el máximo reconocimiento del Gobierno de México a personas u organizaciones que facilitan el camino de otros connacionales en el extranjero.
Por su contribución y apoyo a decenas de generaciones de sacerdotes que han ido a Roma a formarse en distintas especialidades, el Gobierno de México, a través de su Embajada ante la Santa Sede y del Instituto Mexicanos en el Exterior, ha otorgado el Reconocimiento Ohtli al Pontificio Colegio Mexicano, que este 12 de octubre cumplió 55 años de su fundación.
El galardón fue entregado en ceremonia oficial por el embajador Alberto Barranco al rector del Pontificio Colegio, padre Juan Jesús Priego. Este reconocimiento se otorga a personas y organizaciones dedicadas a “abrir brecha” en el extranjero, para que las generaciones más jóvenes de mexicanos y mexicanas encuentren un camino relativamente más fácil de andar.
En entrevista con Desde la fe el padre Priego, quien es colaborador habitual de este medio de comunicación, aseguró que la distinción es un reconocimiento a los 55 años de trabajo de “la Iglesia mexicana, que sueña con sacerdotes cada vez mejor preparados en comunión con la Santa Sede”.
Un pedacito de México
El Pontificio Colegio Mexicano depende de la Conferencia del Episcopado Mexicano y su función es servir de hogar para los sacerdotes de las diferentes diócesis del país que son enviados a Roma para estudiar en alguna de las universidades e institutos pontificios de la capital italiana.
El padre Priego recordó que el Colegio fue una iniciativa del entonces Cardenal de Guadalajara, José Garibi Rivera, que buscaba que la Iglesia en México tuviera una casa que fuera un verdadero hogar para los sacerdotes mexicanos que se formaban en Roma.
“El cardenal Garibi soñó con un colegio como el que ya tenía Brasil y otros países, donde los sacerdotes mexicanos que estudiaron en Roma se sintieran como en su casa, que hubiera un pedacito de México en Roma”.
“Este premio representa un reconocimiento a ese al trabajo de estos pioneros que quisieron llevar a la práctica el sueño”.
Reconocimiento a una labor incansable
El Colegio Mexicano -asegura su rector- es un punto de referencia para la Iglesia en México.
“Más del 80% de los obispos de México han pasado por el Colegio Mexicano, han sido alumnos de este Colegio, y esto ya habla de la importancia que tiene para nuestra Iglesia”.
“Hemos aceptado este premio en reconocimiento a tantas y tantas personas que han dado su vida por este Colegio y en nombre de ellas. Nosotros lo aceptamos con gusto, con alegría, porque es el reconocimiento a su labor incansable”.
“Agradecemos a la Embajada de México ante la Santa Sede por haber pensado en el Colegio Mexicano para otorgarle este año la medalla y, de verdad, queremos hacer camino en México, abrir brecha para crear una sociedad más justa, más humana menos cruel, gracias y merced al anuncio del Evangelio”.