Comunidad de Sant’Egidio: “La otra pandemia es el hambre”
Dos veces a la semana, esta comunidad entrega cientos de raciones de comida a grupos vulnerables. Con la pandemia, la demanda a aumentado considerablemente.
Hasta el inicio de la pandemia, Mireya era una de las tantas vendedoras que ocupaban el camellón de Paseo de la Reforma y, de la noche a la mañana, se convirtió en una de las 500 personas que hacen fila todos los lunes y miércoles para recibir una de las cenas que reparte la Comunidad de Sant’Egidio, afuera de la Parroquia del Sagrado Corazón, conocida como la Votiva, en la colonia Juárez de la Ciudad de México.
Mireya vendía artesanías, y su jornada laboral iba de 10 de la mañana hasta las siete o 10 de la noche; todo dependía de la venta, pero le alcanzaba para comprar comida, gastos personales, pasajes y para el medicamento para tratar la epilepsia de su pequeño hijo.
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Sin embargo, las ventas cayeron en abril, tras declararse la emergencia sanitaria. Ahora, en un buen día de venta -que son muy pocos- se lleva 50 pesos, que no le alcanzan ni para comer,.
En entrevista con Desde la fe, César Cárdenas, secretario en México de la Comunidad de Sant’Egidio, explicó que lo lamentable es que ese panorama lo viven miles de familias en toda América Latina.
“¿Dónde está tu hermano?”
A decir de Cárdenas, la pobreza se ha recrudecido sobre todo para quienes vivían del comercio informal. Antes de la pandemia, entregaban en la Zona Rosa 200 raciones de comidas sólo los días lunes. Al ver el aumento de la necesidad, decidieron acudir también los miércoles. Ahora entregan mil comidas cada semana.
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“Desde la primera semana, cuando se declaró la pandemia, el número de gente formada para recibir una cena comenzó a aumentar, y no sólo personas indigentes estaban en la fila, también había desempleados de todo tipo. La gente está viviendo lecciones muy duras, como la de Mireya. Hay familias que se encuentran en la disyuntiva de pagar la renta o comprar comida”.
Ante este panorama Cárdenas recuerda un pasaje del Antiguo Testamento, en el que Dios le pregunta a Abel: “¿Dónde está tu hermano?”, y asegura que esa es la pregunta que el Señor nos hace en estos tiempos de pandemia.
“En Sant’Egido queremos ser ese signo de esperanza, decirle a la gente en pobreza que no está sola, que hay gente que se preocupa por ellos y, en sentido, queremos invitar a la comunidad a responder esa pregunta que ahora Dios nos hace, a través de la solidaridad, la cual puede permanecer como una cultura de preocuparse por el otro”, señala el representante de dicha comunidad laica.
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Hambre, la otra pandemia
César Cárdenas detalla que entre las personas en situación de calle que atienden regularmente, no se ha presentado ningún caso de COVID-19, y tampoco entre los voluntarios.
“Seguimos las normas de seguridad por la pandemia. Tenemos claro que el primer síntoma de COVID-19 es la temperatura alta, pero nos hemos encontrado con que la mayoría de las personas que atendemos tiene la temperatura muy baja, y eso es síntoma de deshidratación y falta de alimento, para ellos esa es la verdadera pandemia“.
“En algunos casos, las personas me dicen que desde la mañana no han tomado agua. Ese es un grado preocupante de pobreza, no tener acceso a agua potable. Es muy desgarrador escucharlos decir eso”.
Un llamado a la humanidad
Dada la situación, el representante de Sant’Egidio en México comenta que el servicio se ha incrementado considerablemente. Su comunidad, llamada “Amigos por las calles”, reparte cenas en la Zona Rosa los lunes y miércoles; cada viernes, otro grupo de voluntarios acude a la zona de Patriotismo y Circuito interior y ños sábados en la colonia San Rafael; y los domingos, otro grupo atiende a personas vulnerables de la zona de Barranca del Muerto.
“Hago un llamado a la gente para que se una a esta causa, ya sea como voluntario o para donar alimento, la gente puede ser útil, inclusive desde su casa, pues hay personas que elaboran tortas o sándwiches y los mandan a Jalapa 18, en la Roma, en un taxi. Es un momento de comunicar esperanza, y recordemos lo que dice el Papa Francisco, ‘No podemos estar o creer no sanos en un mundo de enfermos'”.
Para quien desee ayudar, la Comunidad de Sant’Egidio México solicita agua embotellada, comida preparada (envuelta de manera individual: tortas o sándwiches), agua embotellada o jugos, fruta, galletas dulces y saladas, y latas de atún.
“Quienes deseen donar comida preparada, les pedimos que tenga cualquier tipo de proteína, ya sea carne, pollo, jamón o atún, para beneficiar a la gente, pues al menos si come los lunes y los miércoles, que tengan suficiente energía y un alimento balanceado. Nosotros, cuando tenemos (…) complementamos su lunch con 1 o 2 latas de atún para los siguientes días”.
Cómo ayudar
Si deseas colaborar con la labor que hace la Comunidad de San’t Egidio, envía un mensaje a [email protected]. Para mayor información visita su perfil de Facebook: Comunidad de Sant’Egidio, México
Para donaciones económicas: Sant’Egidio A.C. BanBajio, clabe: 0301 8090 0000 257 814