Sacerdotes imparten Primera Comunión a paciente con COVID-19

Tres sacerdotes impartieron la Primera Comunión a una mujer con diagnóstico de COVID-19 en el Hospital General Occidente, conocido como Zoquipan, ubicado en Zapopan, Jalisco.

El sacerdote José Luis González Santoscoy presidió la celebración, y concelebraron el padre Víctor Manuel de Anda García y el padre Edwin Martín Nuño Vargas; los tres visitaban, al menos seis días a la semana, las Áreas COVID.

El padre González Santoscoy preguntó a la paciente si deseaba confesarse. “Ella respondió que no podía hacerlo porque por diversas circunstancias de la vida no había hecho la Primera Comunión, pero que lo anhelaba”, explicó en entrevista con Desde la fe.

Ella es una mujer adulta, con hijos y nietos, que no se encontraba en estado de gravedad.

“Como sacerdote hice una evaluación de qué tanto tenía conciencia sobre el Sacramento, y debido a su situación -de estar internada- la prudencia pastoral me llevó a acceder impartirlo”, explicó.

Nunca es tarde

Ante ello, el sacerdote solicitó el permiso a las autoridades del hospital, y la Primera Comunión se llevó a cabo al día siguiente, el 22 de junio de 2020.

El padre González Santoscoy describe esta experiencia como una de las más importantes y conmovedoras que vivió en las visitas a las Áreas COVID de este hospital.

“Su experiencia nos enseña que nunca es tarde para acceder al Sacramento, y que el Pan y el Vino son verdaderamente Cuerpo y Sangre de Cristo que nos fortalece”.

“Tras darle la Comunión platiqué con ella, y me comentaba: ‘Padre, me siento con muchísima paz de haber recibido a Cristo en mi corazón'”.

La paciente ya ha sido dada de alta y está en su hogar, informó el sacerdote.

Vuelve a su comunidad

Tras siete semanas de labor -la primera de capacitación, la segunda de apoyo a familiares y las últimas cinco en las Áreas COVID- los sacerdotes han sido relevados para evitar un desgaste en su salud.

Actualmente, el padre González Santoscoy se encuentra en una semana de aislamiento preventivo, y se realizará una prueba antes de volver a su comunidad, la parroquia de San Juan Macías en Guadalajara.

“Me siento agradecido con Dios, totalmente satisfecho, y estoy escribiendo mis memorias con todo lo que ocurrió en este proyecto que revolucionó mi ministerio sacerdotal y me hizo redescubrir el amor de Dios; me encuentro con un corazón encendido”, afirmó.

Parte de su labor

La labor de los sacerdotes incluyó seis días de visitas a los hospitales a la semana, jornadas en que ingresaban varias veces al día para impartir los Sacramentos, dar atención espiritual, e incluso, celebrar exequias.

También hacían videollamadas entre pacientes y sus familiares.

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Como una de sus experiencias más conmovedoras, el sacerdote destaca el Bautismo a una bebé de seis meses, que ya se recuperó.

“Para mí fue una gran maestra, siempre que llegábamos y le hablábamos me tomaba de las manos, del dedo. Luchaba por su vida, la intervinieron, hubo complicaciones, pero siempre salió adelante”.

Los sacerdotes respondieron de forma voluntaria al llamado del Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega para atender a pacientes con COVID-19. Se capacitaron y vivieron en aislamiento.

Ya han sido relevados por otros sacerdotes, quienes ya ingresaron al Hospital General de Occidente, la clínica 46 del IMSS, el Nuevo Hospital Civil de Guadalajara, así como el Hospital Terranova.

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