Los divorciados vueltos a casar también pueden comulgar de esta manera
La caridad permite a los divorciados vueltos a casar compartir el amor recibido de Dios.
En el Encuentro con las Familias celebrado en febrero de 2016 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, tras escuchar a Claudia y a Humberto –divorciados vueltos a casar–, el papa Francisco destacó de ellos dos cosas: su esfuerzo por integrarse a la vida de la Iglesia y su ímpetu por transmitir el amor de Dios a través del servicio a los más necesitados.
Y es que la formación que ofrece la Iglesia a estas parejas es fundamental, pues en principio, les ayuda a conocer el rostro amoroso y misericordioso de Jesús, para “abrazarlo y aceptarlo, y después compartir su testimonio de crecimiento y vida matrimonial a otros en su misma situación”.
El padre Óscar Lomelín, Secretario Ejecutivo de la Dimensión de Familia de la CEM, y quien asesora al grupo de Divorciados Vueltos a Casar (DVC) en la Arquidiócesis de Monterrey, explica que parte importante de esta formación es que la pareja se sienta amada por Jesús y por la Iglesia.
“Porque Jesús –dice– vino al mundo por los pecadores, no por los justos, y la Iglesia, sin apartarse de la verdad y enseñanza de Jesús y su Evangelio, debe mirar a sus hijos con misericordia, como una verdadera madre, para mostrar el camino del amor y del perdón”.
En cuanto a la caridad, el también responsable de la Pastoral Familiar en la arquidiócesis regiomontana, aseguró que la visión de la Iglesia es comulgar a Cristo, “que está presente no sólo en su Palabra, en la oración y en la Iglesia, sino especialmente en el prójimo”.
“Las acciones de caridad permiten mostrar el rostro misericordioso de Cristo para acercarnos a los más necesitados a través de acciones de servicio; los miembros de nuestra comunidad ofrecen su apostolado para crear conciencia dentro y fuera de la Iglesia como caminos de salvación para todos”, concluye el sacerdote.