Los franciscanos cumplen 500 años en Coyoacán. ¿Sabes cómo llegaron?
500 años atrás llegaron a Coyoacán los primeros franciscanos, quienes aprendieron náhuatl y otomí, convirtiéndose en un puente cultural para la evangelización
En el marco de los festejos por los 500 años de la Alcaldía de Coyoacán, Fray Jesús Arredondo Marquina, párroco en San Juan Bautista, en Coyoacán, dio una conferencia sobre la presencia de los franciscanos en México, y recordó que el próximo año se cumplirán 500 años de la llegada de Fray Pedro de Gante, Fray Juan de Ayora y Fray Juan de Tecto, quienes fueron los primeros religiosos en aprender tanto el idioma náhuatl como el otomí, y las costumbres de los indios, de modo que ellos sirvieron de puente de entendimiento cultural a los 12 primeros franciscanos que llegaron en 1524, ya con la encomienda de la Iglesia para evangelizar en México.
Fray Jesús Arredondo dijo que en Coyoacán se hospedaron los primeros 12 religiosos a cuyo frente venía Fray Martín de Valencia, y que allí se tomaron decisiones como la de dividir a la Nueva España en cuatro conventos para su misión: México, Texcoco, Tlaxcala y Huejotzingo.
Su crecimiento en México
Dos años después de la llegada de estos 12 frailes, se sumaron al esfuerzo evangelizador los dominicos. Hay dudas históricas sobre si los franciscanos se establecieron donde hoy está la capilla de La Conchita o en el sitio que actualmente ocupa la parroquia, donde finalmente se establecieron los dominicos y comenzaron a construir con adobe un templo de tres naves, y para 1583, esta iglesia ya estaba terminada.
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Aunque los dominicos lograron que se convirtiera este templo en parroquia, los franciscanos siguieron misionando de manera más humilde entre los pueblos vecinos, dejando su influencia en varios asentamientos, como en el caso de Santa Cruz Atoyac, o en la capilla de Pansacola.
Su historia
Los dominicos trabajaron en la parroquia de Coyoacán durante 220 años, y en 1753 pasó a manos del clero diocesano.
Luego, en la segunda década del siglo XX, regresaron los franciscanos en tiempos adversos para la iglesia, de modo que empeñaron sus esfuerzos en la reconstrucción del templo que estaba muy descuidado, y durante la Guerra Cristera tuvo que permanecer cerrado al culto. La iglesia, con sus retablos y pinturas que hacen alusión a San Francisco de Asís, fue una obra franciscana de la primera mitad del siglo XX.
En 1934, la catequista María de la Luz Camacho fue asesinada con otras cuatro personas a las puertas del templo, al cual defendía con su sola presencia gritando ¡Viva Cristo Rey! ante el grupo anticlerical los Camisas Rojas que fundó y dirigía Tomás Garrido Canabal, quien fue gobernador de Tabasco.
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Fran Jesús Arredondo señaló que la parroquia de San Juan Bautista, no tan solo es importante para Coyoacán sino en la propia historia de la evangelización en México, pues después de la conquista de México, fue en esa Alcaldía donde se estableció Hernán Cortés y fundó ese Ayuntamiento.