La ‘boda nazi’ de Tlaxcala, ¿Qué podemos aprender los católicos?
Aunque la Iglesia no es responsable directa de lo ocurrido, sí tiene una responsabilidad indirecta, pues debe encauzar a sus fieles en la fe.
Desde hace algunos días, diversos medios de comunicación nacionales e internacionales han dado cuenta del caso de una pareja que contrajo Matrimonio en una Iglesia de Tlaxcala y celebró su unión en una fiesta con temática nazi.
El novio y algunos de sus amigos vistieron en la ceremonia réplicas de los uniformes del ejército alemán de aquella época, y el automóvil que utilizaron también llevaba simbología del nacional socialismo.
La Diócesis de Tlaxcala condenó el hecho y explicó que no existe ningún ordenamiento en la Iglesia que indique cómo deben ir vestidos los novios y que el sacerdote no sabía que esto ocurriría. Pero, más allá del escándalo, ¿qué podemos aprender los católicos de toda esta situación?
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Una realidad que nos retrata
En entrevista con Desde la fe, el padre Alberto Medel, canciller de la Diócesis de Xochimilco e integrante de la Comisión de Exorcistas de la Arquidiócesis de México, explicó que aunque la Iglesia no es directamente responsable de este tipo de acciones de sus feligreses, sí lo es de forma indirecta, y aseguró que este caso nos ayuda a colocar la mirada en una realidad que nos retrata.
“El hecho de que estos jóvenes no hayan hecho un puente, una relación, entre el sacramento que fueron a celebrar al altar y cómo lo celebraron, no habla de otra cosa sino de la ineficacia que la Iglesia ha tenido para presentar el Evangelio, el Sacramento del Matrimonio y la familia a las nuevas generaciones”,
“A veces -lamentó-, la gente solamente se casa por moda, por costumbre o por otras razones equivocadas”.
Un caso escandaloso
El sacerdote explicó que este caso fue especialmente escandaloso por la temática elegida por los novios para celebrar su Matrimonio, una ideología que tanto daño ha causado a la humanidad; aunque, dijo, hay muchos otros casos menos mediáticos pero igualmente contrarios a la fe cristiana.
“No podemos negar que seguramente otras personas con otro tipo de cosas pudieran realizar cosas similares, semejantes, tal vez menos escandalosas (…) Por ejemplo, algunos después de haber celebrado el Sacramento del Matrimonio, luego van con un sacerdote maya, o hacen una especie de votos de amor ante una imagen de buda u otro tipo de expresiones pseudo religiosas que para los novios tienen cierto significado”.
“Nosotros, los pastores tenemos, parte de responsabilidad, y también los catequistas, desde que los preparamos en la Primera Comunión y la Confirmación a ser testigos de Cristo y para celebrar el Matrimonio como discípulos de Jesús”.
El presbítero aseguró que “si no queremos que nuestros jóvenes banalicen y frivolicen esto que es tan sagrado no es diciéndoles ‘así no se hacen las cosas’. No, tenemos que ir a la raíz, porque esto es una especie de fruto podrido, y si está podrido es porque no está bien nutrido y el problema está en el árbol del que lo estamos arrancando”.
La importancia de la formación
El padre Medel pidió superar este escándalo con una mirada auténticamente crítica y reflexiva, fortaleciendo la formación de los fieles desde la catequesis infantil y juvenil, la preparación para el Matrimonio y también el acompañamiento a los padres de familia que serán los encargados de transmitir a sus hijos el valor y la belleza de la vida matrimonial.
“Ahí es donde debemos centrar la atención, porque esto es, como dice el dicho, ‘para muestra basta un botón’. Esto es una muestra de muchas cosas que pasan y que nosotros no miramos, porque estamos gastando nuestra energía evangelizadora en otra cosa”.
“Porque es más fácil hacer escándalo y hacernos los ofendidos e incluso señalar a los que están ahora en el ojo del huracán, que mirar las causas, atenderlas tomando la responsabilidad que nos toca, y ayudar y orientar a quienes están en una situación similar, para que encaucen sus pensamientos y deseos por caminos de bondad y plenitud de vida”, finalizó.